El regalo. Un antes y un después (Vigésima novena parte)
Fecha: 27/01/2023,
Categorías:
Infidelidad
Autor: DestinyWarrior, Fuente: CuentoRelatos
... quiero que te vayas a enamorar de mi después de… De lo que suceda más tarde entre los dos. Si siento, si noto algo o si me entero de que tu relación en vez de mejorar empeora con todo esto, no me volverás a ver. ¡Lo juro! Me gusta saber que me aprecias, pero soy la mujer de ese hombre que ves allí y lo amo por encima de todo. A mi quiéreme pero a Martha… ¡A ella amala! Y prométeme que harás tu mejor esfuerzo para volver a estar con Martha, a partir de ahora, mucho mejor que antes.
—Prometido Silvia. Tienes un buen hombre a tu lado. Sé que te adora y no voy a interferir en su matrimonio. Rodrigo me ha dejado muy en claro que Martha es especial y yo tan solo, lo había olvidado. Sin embargo ángel mío, esta situación me tiene bastante nervioso. ¿Qué hacemos ahora? Cada uno por su lado o…
—Bueno parejita, que tal si empezamos por mover el esqueleto, mientras vamos aflojando lo demás. ¡La lengua, por ejemplo! ¿Te parece mi amor? —Y Rodrigo agachándose me dio una pequeña mordida en el cuello y abrazándome, me levantó de la silla para invitarme a bailar.
—¿Esta música se baila? —Le pregunté.
—Por supuesto mi vida, es algo lenta pero por algo hay que empezar. A Martha le trae bonitos recuerdos. —Y me guiñó un ojo de manera cómplice.
Y es que quien había elegido aquella balada americana había sido Martha, y fue ella al encuentro con su esposo que se quedó en el porche, mirándonos. Martha estiró sus brazos hacia el lugar donde se encontraba de pie Hugo y con sus dedos ...
... índices, sensualmente comenzó a incitarlo a bailar con ella. Hugo no se movía aunque si le sonreía.
—Vamos mi amor, ordénale bailar con Martha y que no la desaire así. —Me dijo al oído Rodrigo.
—¿Hugo? Cariño… ¿No pensaras dejar bailando sola a tu mujer no es verdad? —Y efectivamente, me hizo caso y aunque se movía más alguna momia del museo egipcio en Turín que él, al menos perdió la pena y se balanceaba graciosamente alrededor de Martha.
En cambio a mí, Rodrigo me tomaba de la cintura con sus dos manos y al ritmo lento de la canción, acompasaba las rítmicas notas con el subir y bajar de mis caderas mientras mirándome con dulzura, me enviaba besitos por los aires hasta que me acerqué, lo abracé, nos detuvimos un instante y…
—Mi amor, nos besamos con Hugo mientras acomodábamos su ropa y Martha nos vio. Lo siento. —Confesé, bajando de inmediato mi cabeza, mirando las fibras blancas del tejido en la alfombra.
—No te preocupes por eso mi vida. —Me dijo Rodrigo levantando mi rostro al tomarme con sus dedos del mentón. —Martha y yo hicimos lo mismo pero en la cocina. Es solo un beso y no tiene mayor importancia ante lo que vamos a hacer más tarde. ¡Te amo! ¿Y en el hotel también pasó? —Terminó por preguntar mi esposo.
—No mi amor, te lo juro. Hugo tenía toda la intención pero yo le dije que no. Que debíamos esperar a estar todos reunidos. —Y entonces la canción terminó y Hugo se acercó esta vez hasta el tocadiscos y colocando una canción también suave y en el idioma ...