1. Camila y su preocupación


    Fecha: 19/06/2018, Categorías: No Consentido Autor: claudiob, Fuente: CuentoRelatos

    Me llamo Camila y si estoy aquí contando esto es porque no soporto la culpa y creo que lo único que podrá acallar la voz que desde mi interior me injuria, será mi confesión.
    
    Hasta ayer yo era una chica de 24 años, linda y vistosa, teniendo en cuenta lo que me decían mis amigas y las cosas que me decían los hombres con los que me cruzaba. Lo pongo en pasado porque realmente no sé si seguirá siendo así.
    
    Les cuento que a mis 24 años peso 60 kilos, que mis ojos son de color celestes, mi tez broncínea, mi cabello negro azulado, como ala de cuervo dicen que es su color, que me llega hasta la mitad de la espalda y unas medidas de 97, 63, 95, todo distribuido en mi metro setenta y cinco de estatura, no es necesario decir más para que se den cuenta que no miento cuando digo lo que me decían mis amigas.
    
    Estuve de novia con Facundo durante 7 años, nos habíamos conocido en Bariloche, durante el viaje de egresados que habíamos realizado cada uno con su colegio.
    
    Si bien él vivía en Santa Fe y yo en Buenos Aires, nos veíamos por skype todos los días y como mínimo nos encontrábamos tres veces por año pues eran las ocasiones en las que él venía a Buenos Aires.
    
    Él aun estudiaba Ingeniería en Sistemas y yo ya, hacía 2 años que me había recibido de Licenciada en Ciencias Políticas.
    
    Si bien a los 24 años ya había tenido varios orgasmos, todos provocados por mis manitos, aún no había mantenido relaciones sexuales personalmente, digo esto porque en más de una ocasión nos ...
    ... habíamos masturbado por Skype, Facundo en su habitación y yo en la mía.
    
    Él sabía que yo quería llegar virgen al altar, y si bien en más de una ocasión me pidió que se lo tocase o que lo hiciésemos analmente o bucalmente, yo no acepte porque para mí eso no es llegar virgen e impoluta al altar, pues mi vagina podría estar como cuando salió de fábrica, pero el resto de mi cuerpo no. De allí que me mantuve en mis trece todos estos años, aguantándome la calentura en más de una ocasión, pero sin cejar en mis deseos de llegar impoluta al casamiento.
    
    En varias ocasiones Facundo me pidió hacerlo, y ante mi respuesta que solo lo haríamos después de casarnos, él me decía que si no lo hacíamos dejaríamos de salir, porque él quería poseerme ya y no sabía cuánto tiempo más pasaría hasta que nos casásemos, pues él recién estaba por la mitad de la carrera y quería tener entre sus brazos ese cuerpo que ya había visto varias veces en la computadora, pero yo me negaba sistemáticamente a sus pedidos y como seguíamos siendo novios, pensé que lo decía en bromas, pero la última vez que nos vimos, fue realmente en serio porque me cortó el rostro y nuestro noviazgo se fue por la rejilla de los desechos.
    
    En varias ocasiones traté de hablar con él por Skype y hasta una vez fui a Santa Fe, pero siempre me dijo que si quería que lo nuestro continuase entonces tendríamos que acostarnos. Yo no quise dar el brazo a torcer, un poco, muy poco en realidad, porque quería llegar sin haber mantenido contacto ...
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