Móviles -5
Fecha: 19/06/2018,
Categorías:
Erotismo y Amor
Autor: perrofiel, Fuente: CuentoRelatos
... cuajarones pegajosos entre el mono y la sucia piel. Pienso que en lo que queda de día, aunque alguien abra el reservado, se echará atrás cuando note el fuerte olor que debe estar llenándolo y vea esta guarra figura que espera dentro incapaz de moverse ni de decir nada. Menudo cuadro debo estar hecho. Menudo desprecio debe sentir quien abra esta puerta ante quien tiene ante sí.
Ha pasado el rato. Las voces vuelven a oírse en el pasillo. Se despiertan las alertas. Bueno, no tanto alertas. Después de todo, todos deben saber ya de mí y de mi condición. Ya no tendría que ser una sorpresa lo que pase. Salvo... ¿Mi compañera también lo sabrá? Pienso que sería lo lógico. Si no porque me haya visto, sí por las habladurías. Y eso sí que me preocupa. Una cosa es que piense que soy marica, otra que me vez así, tan vejado, anulado. Prefiero dejar de pensarlo y que sea lo que tiene que ser. La puerta de los lavabos se abre. Me pongo en guardia, pero pronto sale quien haya entrado. Pasan unos minutos. Se abre la puerta exterior, enseguida la mía y alguien enciende la luz.
- Vaya flor, cómo te han dejado. Vengo a dejarte libre, de las ataduras claro. Mientras lo hace, despacio, con guantes finos de látex, ciento cada miembro de mi cuerpo entumecido, incapaz de moverlo -. Alguien se ha llevado tu ropa, vaya jugada, jefe. Te he traído algo del cajón que espero que te siente bien - sigue desatando las cuerdas, hasta que por fin los brazos y piernas quedan sin ataduras. Ninguna cuerda ...
... toca ya mi cuerpo. Solo el collar, rosa, queda en mi cuello. Y la corbata -. Bueno, yo he terminado. Cuando salga, puedes quitarte la corbata y vestirte, jefe - su sonrisa me alerta.
Cuando oigo las dos puertas cerrarse, me retiro la corbata de los ojos. Me incorporo apoyando las manos en las rodillas, me miro en el espejo instintivamente. No puedo creer lo que veo. Sucio, el moño negro lleno de manchas desde el pecho hasta el pubis, ciertos tonos un tanto blanquecino por toda la parte delantera de la prenda, por la orina seca. Penoso, humillado, denigrado en público. Salgo del reservado en busca de la ropa que ha traído Laura con la esperanza de que no sea muy llamativa. Se me abren los ojos como platos al ver lo que ha dejado.
- Ha estado bien, ¿verdad flor? - mi Ama. Su voz me tranquiliza, me llena de orgullo por el continuo esfuerzo por complacerla -. Mientras te vistes, piensa detenidamente en lo que ha pasado, en el paso que has dado. Debes sentirlo todo como lo que eres. Pero piensa que eres masculino, no ya hombre, si no masculino. Quiero que lo vivas como una obligación de sentir que aun siendo masculino, estás complaciendo mi deseo de tragarte todas las pollas y leche que se de en las situaciones que te plantee, que sea la humillación de estar humillado ante personas de tu misma masculinidad, que tienes que estar vejado tragando lo que no te gusta, aunque sean tantos los casos que se puedan dar que lo saborearás como algo normal, no natural, porque tu naturaleza ...