Un trío insuperable
Fecha: 20/06/2018,
Categorías:
Hetero
Autor: Jacqueline, Fuente: CuentoRelatos
... excitante recorrido, hasta quedar arrodillado delante mío. Se metió entre mis piernas, comenzando a juguetear con su lengua en mi vagina, mientras Francisco puso la gruesa cabeza de su miembro entre mis dispuestos glúteos, y ayudado con su mano comenzó a deslizarla por entre la separación de mis nalgas..
Abrí aún más mis piernas y ambos buscaron con sus lenguas mis zonas secretas. Alberto lamía desaforado mi concha, mientras Francisco que también se había arrodillado detrás mio, me introducía la suya en mi ano, mientras con sus manos mantenía entreabiertas mis nalgas.
La lengua de Alberto se movía con tal maestría en mi vagina, que olvidándome de todo me dedique a gozar y a gozarla muy concentradamente. Pero no era una tarea fácil, ya que Francisco, intruseaba mi ano con sus dedos y lo lamía exquisitamente. El tratamiento me fue insoportable, y en un arranque de lujuria les dije:
-¡Quiero chuparles sus penes!
-¡Pónganse de pie, ahora me toca a mí!
Ellos se incorporaron y me exhibieron majestuosos sus aparatos, me arrodille y deje sus viriles instrumentos de placer frente a mi rostro. Con mis dos manos tomé los dos penes y juntándolos los lleve a mi boca. No pude, aunque lo intente, meterlos dentro de mi boca al mismo tiempo, así que tuve que lamerlos y chuparlos alternativamente, deteniéndome por instantes para frotar sus glandes uno contra el otro, justo frente a mis ojos.
Nunca en mi vida me he podido resistir a la exhibición de un pene en estado de ...
... erección, pero en esta ocasión eran dos vergas enhiestas la que tenia a mi disposición y mi libidinosidad aumento proporcionalmente al doble.
Lamí, chupe y masturbe sus vergas con mis labios y con mi lengua, era notorio por el tamaño que iban adquiriendo sus miembros, que las ganas de culear se acrecentaban, para suerte de mis golosos acompañantes.
Acordándome de una famosa escena de la película Emannuel, en que la protagonista es culeada de pie al mismo tiempo por sus acompañantes, les propuse que intentásemos repetirla entre los tres. Me puse de pie en medio de ellos y Francisco se acomodo frente a mí, tomo su pene con la mano y comenzó a refregármelo sobre mi clítoris.
Ellos fueron coordinando sus movimientos con la inteligencia instintiva del sexo. Pude apreciar como sus miembros se balanceaban entre sus muslos, mientras buscaban entrar en mis aberturas.
Francisco se acomodo entre mis piernas y flextando sus rodillas comenzó a intentar metérmelo por delante. Lo ayude abriendo con mis dedos la vulva y me lo introdujo desesperadamente. Me la metió hasta el fondo de un solo empujón, mi vulva recientemente inundada con la eyaculación anterior de Alberto, recibió sin problemas su endurecido miembro.
En un acto de total lujuria, sentí que necesitaba tener sus penes al mismo tiempo, y así se los hice saber. Cuando tuve a Francisco firmemente encajado en mi concha, mire a Alberto y le dije:
-¡Hacemelo por detrás, ahora mismo!
Debido a mi estatura, la postura ...