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Cacería de casadas (1): La espiritual
Fecha: 07/02/2023, Categorías: Infidelidad Autor: Juan m 8722, Fuente: CuentoRelatos
... majestuosas tetas sin lamer. Mientras me las refregaba en la cara con una gran habilidad. Mis dedos mojados seguían colándose dentro de ella haciéndola delirar de placer en ese oscuro lugar. Sin más vueltas me pongo de rodillas frente a ella. Luego de retirarle mis dedos bautizados por sus jugos de dentro de su ser y me dispongo a pegarle una buena lamida de concha para hacerla ver las estrellas. Minutos de puros paletazos de lengua. Mi boca probaba los jugos vibrantes de su ardiente raja. Más le chupaba la concha, más se mojaba. Más le pasaba la lengua por sus pliegues vaginales, más gusto a concha tenía en mi boca. Más lamía su clítoris, más gemía. Luego de este preámbulo oral, dónde pude chupar a gusto y como un animal salvaje su sabrosa vagina, logré incorporarme en mis dos piernas. La tomé de la cintura y la empujé contra la pared dejándola de frente a esta, consiguiendo una vía libre para entrar por su retaguardia. —¿Me vas a coger de parado? —pregunta. —Te voy a coger bien duro —respondo. Mientras desenfundo mi pene duro como una roca y lo voy agitando con el único fin de penetrarla. —Pero, ¡por favor cuídate! ¿No tienes forros? —Pregunta mirándome con un dejo de ingenuidad. —¡Te voy a coger sin forro! no me gusta gastar plata. —Mientras apoyo la cabeza de mi pija en la puerta de su mojada conchita. —¡No sé… Espera! —Intenta decirme. Con un ...
... movimiento pélvico la penetro con media pija, lo cual le hace dar un salto haciendo que rasguñe la pared de placer. —¿La querés toda perra? —Ay ay ay, si dámela toda, ¡cógeme!… ¡ayer estaba ovulando! ¡tené cuidado! —comenta entre gemidos y gritos de placer. Otro movimiento para empujar mi pija completamente dentro de ella. —¡Te calzó toda adentro! no me importa si estabas ovulando, prepárate que te voy a coger como nunca lo hicieron antes, mamita! Con una mano la tomé de la cintura y con la otra del pelo. Durante 25 largos minutos la hice rebotar sobre mi pelvis una y otra vez. Veía como mi pija lubricada por sus jugos entraba y salía de dentro de ella. Su culo rebotador sonaba a aplausos con cada fondeada de mi ardiente y largo falo. Sus gritos de placer iban en aumento. Aun jalándola del pelo con una mano y con la otra tomándola de sus senos cómo si fuera el manubrio de una bicicleta al oído le digo: —Este regalito va adentro, te dejo una bendi… (Una bendición) —¡Termina por favor! —Exhala con voz muy tenue. Empujé a fondo mi poronga hasta sentir que hacía tope dentro de ella y escupí todo mi semen como un volcán en erupción, pudiendo sentir como mí leche bañaba las paredes vaginales internas de Yohana. Seguí sacudiéndome para que hasta la última gota de esperma quedé impregnada en lo más hondo de su ser Nos vestimos, nos despedimos y nunca más la vi...