1. Mi novia Luci, de santa a puta (II)


    Fecha: 09/02/2023, Categorías: Infidelidad Autor: KeyargaSama, Fuente: CuentoRelatos

    ... no tiene nada que ver con cómo se vea. Tuvimos una historia.
    
    —¿Cuántas veces te la cogiste?
    
    —Solo una vez.
    
    —Como te atrevas a mentirme, me voy de inmediato.
    
    —¡Solo una vez! —reiteré yo—. Sin embargo, nos seguíamos viendo. Establecimos una especie de, cómo decirlo, rutina depravada que duró hasta el final de la universidad.
    
    —Te acepto ese café para que me platiques, pero quiero saberlo todo, con lujo de detalles. Apenas sienta que me estás ocultando algo, me levanto y me voy.
    
    Preparamos frappé y pasamos a la sala. Ella se sentó a mi lado. Le conté la verdad.
    
    —Después de aquella ocasión en la que me cogí a Mariana mientras hablaba por teléfono con su novio, ella ya no quiso volver a acostarse conmigo. Yo la buscaba todos los días para rogarle que volviéramos a hacerlo, pero ella se negaba. Desistí de mis intentos una tarde en la que ella, llorando y medio borracha, me reclamó que solo fingía ser su amigo para cogérmela. A partir de entonces, habiendo entendido ya que Mariana estaba confundida y atravesando una etapa difícil, no volví a tocar más el tema, e intenté ser un buen amigo para ella solo para demostrar que no todos somos iguales.
    
    Luciana escuchaba con atención.
    
    —Por el hecho de que yo ya no buscaba acostarme con ella, Mariana llegó a tenerme más confianza que a cualquiera de sus otros amigos, incluido Sagardi. Llegó el punto en el que solo conmigo ella podía, digamos, ir en paz al cine o por un helado, porque ya sabía que cuando los demás la ...
    ... invitaban a salir, era porque querían terminar cogiéndosela. Una noche, como a las dos de la mañana, cuando yo ya me había hecho a la idea de que entre ella y yo ya no iba a pasar nada, Mariana me despertó con una llamada. Estaba súper borracha. Se había metido al baño del antro para hablar conmigo. Solo balbuceaba que me quería mucho y que estaba muy contenta de tenerme como amigo. Yo le seguí el juego hasta que me ganó el sueño, luego le colgué para seguir durmiendo. Pero unas horas más tarde, me llegó un mensaje de ella en Whatsapp. Lo revisé pensando que tal vez estaba tan borracha, que quería que fuera por ella, pero no, ni siquiera era texto, sino unas fotos. Las primeras se las había tomado en el baño del antro. Se había planchado el cabello e iba vestida con un pantalón entalladito y un top bustier de encaje, que no tenía mangas ni tirantes. Se me quitó el sueño y, por alguna clase de instinto primitivo, me saqué la verga del pijama.
    
    Le di un trago a mi frappé para refrescarme la garganta.
    
    —Las siguientes fotos eran de ella y sus amigas de inglés, tomando y bailando. Estaban acompañadas por varios tipos y entre ellos, vi dos rostros conocidos. ¿Recuerdas que te platiqué que en la universidad éramos cinco los que nos llevábamos?
    
    —¿Cómo olvidarlo? —Dijo Luciana—. Lo tengo bien grabadito por las palabras de tu amigo Leo, el depravado. «Mariana era la única mujer entre cinco varones. Nuestro amigo Sagardi fue el que más anduvo con ella, hasta se enamoró el pobre, ...
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