1. Mi novia Luci, de santa a puta (II)


    Fecha: 09/02/2023, Categorías: Infidelidad Autor: KeyargaSama, Fuente: CuentoRelatos

    ... pero tarde o temprano, en algún punto de la carrera, Mariana pasó por todos nosotros».
    
    Me sorprendí de que Luci recordara eso con tanto detalle.
    
    —Éramos Leo, Sagardi y yo, pero además, otros dos weyes, que se llamaban Diego y Fernando. A ellos siempre los molestábamos con que eran novios, porque todo el tiempo estaban juntos. Incluso se fueron a vivir al mismo departamento. Una vez los encontramos en una situación comprometedora. Parecían la típica pareja gay, pero ellos decían que no, que les gustaban las viejas.
    
    —¿Eran ellos a los que reconociste en las fotos de Mariana?
    
    —Sí, eran ellos. Jamás supe si se habían encontrado allí, en el antro, o si habían llegado juntos, pero el punto es que estaban ahí, con Mariana y sus amigas. En algunas fotos, Diego y Fer salían bailando con las amigas de Mar, pero en la mayoría, salían con ella entre los dos, bailando en una especie de sándwich. Seguí pasando las fotos hasta que llegué a un video. Era Mar, borracha, hablándole a la cámara. «Te quiero un chingo, wey —me decía—. Oye, yo creo que Diego y Fer no son gay». Y en el siguiente video, oh sorpresa, estaba Mar desnuda, cabalgándole la verga a Diego, mientras Fernando acomodaba la cámara en una mesita. Estuvieron así por uno o dos minutos, hasta que Fernando apareció en escena con la verga al aire y se la metió a Mar por detrás. Y como imaginarás, ahí estaba yo, masturbándome como loco mientras veía a mis amigos haciendo tremendo trio. En el siguiente video aparecía ...
    ... Mar mamándole la verga a uno mientras masturbaba al otro. En el siguiente video, aparecía Mar en el baño, con la cara y pecho llenos de leche, mientras se despedía de mí y me prometía pasar a verme en la tarde. Con todo ese material, me masturbé hasta el amanecer.
    
    Advertí que Luciana tenía la cara roja y temblaba, pero no parecía molesta.
    
    —Ese mismo día, en la tarde, Mar fue a buscarme a mi departamento. Apenas le abrí la puerta, se me fue encima y me besó. Me llevó hasta la cama en silencio, me bajó los pantalones y comenzó a masturbarme mientras me susurraba al oído, contándome con lujo de detalle cómo se la habían cogido la noche anterior. Ni siquiera intenté cogérmela. Solo dejé que me usara como su juguete a placer. Asumí que ya no le bastaba con coger, sino que necesitaba a alguien con quien desahogarse. Al final, cuando descargué la leche sobre mi propio estómago, ambos recobramos la compostura, nos abrazamos y nos quedamos dormidos. Nunca hablamos al respecto, pero unas semanas después, me envió una foto a mi Whatsapp en la que le estaba mamando la verga al novio de una prima suya. Al día siguiente, apareció en mi departamento y se repitió el ritual. Ella me masturbó mientras me contaba cómo se la habían cogido. Entonces supe que no se detendría, pero no me importaba, solo quería escuchar sus historias y recibir mi correspondiente chaqueta. Ya no pensaba en cogérmela, solo en verla coger a ella.
    
    —Estás bien puto enfermo —dijo Luciana—. ¿Eso te calentaba ...
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