¿Couple Swap!?
Fecha: 12/02/2023,
Categorías:
Intercambios
Autor: Dany Campbell, Fuente: CuentoRelatos
... habitación se escuchaban los sonidos de, presumiblemente, el misionero. El ritmo se volvía tan intenso que, nuevamente, se oían los penetrantes golpes de las patas de la cama. Se miraron unos instantes y ella, sin más, bajó hasta su miembro. Gracias al fellatio que le estaba practicando Ximena, acompañado del tacto de esas bellas tetas en su muslo, volvió a ponerse a tope para un segundo round.
Cogieron todo lo que pudieron hasta caer rendidos. Por suerte, los de la otra alcoba se calmaron. Abrazados, él le acariciaba la espalda y le rascaba suavemente el cabello a su sexy acompañante quien, completamente relajada, entró en un profundo sueño. El novio estaba a punto de dormirse también pero nota que los sonidos en la otra habitación vuelven a aparecer...
No lo podía creer, seguían teniendo sexo, ¿cómo iba a conciliar el sueño ahora? Miró a su acompañante; estaba roncando, no iba a despertarla. Se apartó un poco de ella y la observó. La luz de la luna teñía de azul esas suaves piernas y, por la posición en la que había quedado, se le alcanzaban a ver los senos. El ritmo que llevaban era leve, sin embargo, la dualidad de emociones que estaba sintiendo el novio en ese momento eran increíbles: por un lado le perturbaba lo que ocurría en la otra alcoba, pero también sentía excitación por su sexy acompañante.
Se incorporó y comenzó a masturbarse viendo a la dama, imaginándola en diversas e impúdicas situaciones sexuales. Pensaba que si acababa de nuevo, estaría lo ...
... suficientemente “derrotado” como para volver a dormirse... La cadencia aumentaba, se intensificaban, penetraban en él. Su mente luchaba por mantener la excitación a tope. El placer en ella alcanzó un punto en el que ya no podía disimular su exteriorización: «oh sí, mí amor, sigue»; y Ximena aparecía en orgías «¿sigo?», en bukkakes «splash», bañadas sus enormes tetas en leche «ay sí, pégame». Los bufidos de aquel salvaje aparecieron, le daban miedo, la cama retumbaba «¡splash!», ojalá ella no despierte... «uhm, uhm, ¡ssí!».
Los otros dos estaban llegando a un intenso orgasmo, con sus gemidos mezclándose como un canto tribal. Eyaculó, y parte de la lefa cayó en el muslo de ella.
Se apaciguaron todos los sonidos en la casa. Pudo al fin acostarse a dormir. Durante las distintas fases del sueño, era invadido por cacofonías sexuales «uhm, sí, así, ¡pégame!», tal vez producto de su mente o, tal vez no…
A la mañana siguiente, le despertaron los movimientos de Ximena, quien se había levantado y retirado de la alcoba. Él también se levantó. Fue a buscar a su amada. Yacían abrazados como dos leones con, solamente, el sol cubriéndolos. Se despertaron al escucharlo entrar. Ella lo miró adormilada, tapó con su muslo el miembro de Nacho y sonrió a su novio.
—Hola mi amor —le dice irguiéndose un poco.
A su pareja se le iba a quedar implantada en la mente esa imagen. Ella se despereza y anuncia que se irá a bañar. Antes de levantarse, mira con complicidad al novio de su amiga, y luego ...