Una noche en una taberna
Fecha: 14/02/2023,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... la pasión cuando encuentran un buen galán.
Si mi marido se dedica a ponerme en evidencia, yo no me voy a quedar atrás. El pirata lo ha captado todo, así que no me extraño cuando la mano del muslo pasa a la espalda desnuda. Me da un sofocón de deseo, tiene una mano cálida con callos que la hacen mas sexual, que te llevan a sentirte frágil, deseando entregarte.
- Te pareces a Raquel Welch. Eres más dulce de cara, pero tienes un cuerpo de diosa como ella. - Y lo dice desnudándome con los ojos, al tiempo que mueve las manos en una caricia que me derrite y me pone a mil.
- No me lo han dicho nunca.
- Es que mas que gata pareces una leona, una guerrera, un hembra que vuelve locos a los hombres. Y con un par de peras de infarto.
- Soy fumadora, voy fuera a echar un pucho.
- Te acompaño y nos echamos lo que quieras.
Me levanto y voy rápida hacia la puerta. Apenas salgo enciendo un Lucky. Él llega unos segundos más tarde. Ha hecho que nuestras salidas no parezcan coordinadas. Me toma de la mano y me lleva junto al callejón de servicio solo iluminado por la luna llena.
Es enorme, le llego apenas al principio a la barbilla barbada aunque me estire sobre mis sandalias de taco muy alto. Doy un par de caladas sintiendo que él es una fiera que acecha para atacarme. Tiro el cigarrillo al suelo, lo pisa para apagarlo y me pega a su cuerpo macizo. Levanto la cara y el baja su cabeza para poder besarnos. Lo deseábamos los dos. Sus labios se posan en los míos, es mi ...
... lengua la que comienza a explorar en su boca. El beso es largo, entregado, siento su cuerpo viviendo junto al mío. Nos despegamos para tomar aliento.
Y volvemos a abrazarnos, yo levanto los brazos, enlazo mis manos en su cuello, me aprieto, quiero que sienta la turgencia de mis tetas. Pone sus manos en mi culo y me levanta haciendo que suba notando la erección de su verga. Me coloca frente a su polla dura que siento a través del pantalón, yo rodeo su cuerpo con mis piernas abiertas, el vestido se me ha quedado en la cintura. Me empuja contra su arma, que quiere romper los tejidos que nos separan. Nos comemos la boca, una llama de pasión nos quema los cuerpos. Nos movemos ansiosos como si estuviéramos cogiendo.
- Si seguimos te rapto.
- Mi pirata. ¡ Hazlo!
Mis pies han vuelto al suelo, sus dedos toman posesión de mis pezones erectos bajo el vestido.
- Son como dedales. Deja que yo juegue.
Entramos en la taberna, nadie se ha dado cuenta que hemos salido, están a los suyo, hablando, bebiendo, coqueteando o ya tocándose como mi marido y su antigua novia.
El lobo de mar me deja en la mesa y va hacia la barra y vuelve con una botella de JB empezada y dos vasos, pasa por donde mi cuñada hace algo más que tontear con el joven macizo, le dice algo al oído, les sirve un trago y viene hasta mi lado, me llena uno de los vasos , él se pone en el otro.
- Brindemos porque creo que en unos minutos podemos irnos a follar.
Me doy cuenta que el juego se va a convertir en ...