1. Ocurrió en el sur (II)


    Fecha: 14/02/2023, Categorías: Infidelidad Autor: campillo, Fuente: CuentoRelatos

    ... me hacía objeto de su violencia.
    
    Cuando me ponía a recordarlo, en la soledad de mis siestas, sentía un vacío, una sensación extraña en el vientre y en especial en la cola; Era como si mi culito, roto y tantas veces utilizado por este invasor violento, pasados los momentos de dolor y violencia, recordara ahora con calidez la pija que lo rompió y lo usó sin piedad, y extrañara su visita habitual a la hora de la siesta.
    
    Una situación particular se mantuvo inalterable: la violencia. Tras un corto intervalo, Félix fue reiniciando su conducta golpeadora. De a poco, viendo mi reacción y frente a mi pasividad, que interpretó como aceptación, fue incrementando su violencia, hasta que se hizo frecuente que me diera violentos tirones de pelo, fuertes cachetazos o sopapos y trompadas en el cuerpo, que no se por qué aceptaba. Cada vez era más violento. Pero la violencia no me era ajena ni tan desagradable y la acepté silenciosamente.
    
    Poco a poco fui admitiendo cierto placer en el recuerdo y me sorprendí con conductas raras para mi; Como que en mi soledad de la siesta aparecí vistiéndome con el mismo vestido con que esperaba a Félix cuando venía, hecha una señora formal aunque sin ponerme bombachas, como lo hacía habitualmente, para estar rápidamente disponible para que me culeara. Nada lo justificaba ahora realmente, pero yo me vestía así y sentía cierto placer en hacerlo, como viviendo una ilusión y hasta creo que me permití algunas fantasías ¿Qué me estaba pasando? ¿Acaso me ...
    ... había enamorado de él de alguna forma? O era simplemente una relación de sumisa dominación.
    
    Después de todo, nadie me había dicho antes que tenía que ofrecerme vestida de ese modo y disponible, sino que nació de mi, estaba actuando por mi misma y sola. Era mi hábito, pero enfaticé en vestirme como una señora formal, cuidando especialmente el aliño. Constaté, al principio con asombro, que cuando me vestía de ese modo, tenía una cierta ansiedad, como esperando que Félix llegara, y que se fuera satisfecho. Me imaginaba venía en mi busca porque me deseaba y me necesitaba y anhelaba que así fuera; Que entraba y me violentaba, y no dudaba en usarme por la boca y por el culo como lo había hecho tantas veces, en medio de sus golpes. Y no dejaba de gustarme. Así pasaba las siestas en soledad, en medio de fantasías crecientes y en alguna oportunidad, con placer, comencé a fantasear que venía y me volvía a culear, sin que me resultara desagradable para nada, sino todo lo contrario. No había en eso una gota de amor, ni de cariño según yo creía; era esta suerte de amo que volvía por lo suyo y lo tomaba; un amo que respetaba y al que estaba sometida.
    
    Me revolvía en las contradicciones pero en realidad creo que entonces ya lo extrañaba y tenía, aunque no podía creerlo, un lindo recuerdo de la primera vez, cuando me paseó por la casa ensartada y con los pies en el aire, gritando de dolor. ¡Qué macho! Y era mío…
    
    De algún modo había olvidado el dolor, y conservaba recuerdos placenteros. ...
«1234...12»