Juego de equipo 1
Fecha: 22/02/2023,
Categorías:
Hetero
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... las puertas, no pude evitar tragar saliva. ¿Qué pasaría en el asiento de atrás? Joder, me estaba excitando pensar en mi mujer entre aquellos dos colosos.
Todos íbamos silenciosos en el vehículo. El menor roce en la tela podía oirse y algo estaba sucediendo allí detrás. Muslo contra muslo, cuando mi mujer separó un poco las piernas, se frotó sin remedio contra ellos. Sus pieles estaban en contacto directo. Ellos tenían que estar notando la perfecta depilación, la suavidad de su piel, la firmeza de sus muslos trabajados en el gimnasio. Y ella tenía que estar notando el calor de la carne joven y atlética.
El de la polla enorme se la recolocó sin cortarse un pelo. Separó el pantalón hasta el máximo que permitía la goma elástica y le enseñó, con la tenue luz de la autopista, su pollón a mi mujer. Bajo la mascarilla, ella se mordió los labios. En ese momento, el conductor tuvo que dar un frenazo. En el asiento de delante, casi nos comimos al conductor, que estaba soltando todo tipo de cagamentos contra un taxi que se nos había cruzado. En el asiento de atrás, Polla Grande (no tengo otra manera de llamarle) ayudó a mi mujer a no caerse, sosteniéndola entre sus brazos. No duró más que unos segundos, pero ella se estremeció al notar aquellos músculos y al sentirse manoseada sin reparo. Y se volvió a estremecer al notar la mano del otro chico acariciar su muslo por debajo del vestido, fingiendo que había tropezado. Aquella mano iba directa a sus bragas y mi mujer no pudo evitar ...
... un suave gemido.
- ¿Todo bien ahí detrás? - preguntó el calvo.
- Todo en orden, capitán - respondieron los dos, sentándose muy formales.
Pero los muslos de los tres seguían tocándose. Ellos abiertos con el esplendor de su anatomía. Mi mujer con la separación justa para que su mano pudiera entrar debajo de la falda. Les miró a los dos y sin hacer el menor ruido empezó a tocarse. Yo estaba viendo todo en el retrovisor delantero e imagino que no era el único. Mi polla empezó a crecer. ¿Cómo estarían ya las pértigas de aquellos dos? Cuando mi mujer quiere calentar, lo hace mejor que ninguna…
- Ya hemos llegado al hotel - anunció el conductor antes de abandonar la autopista
El sonido que percibí sin dificultad era el del orgasmo de mi mujer. Tiene una manera muy especial de contener la respiración cuando se corre sin querer que se note. Le encanta hacer eso cuando le como el coño, para que yo pierda la cuenta de las veces que se ha corrido. Ellos tuvieron que notar cómo sus muslos se tensaban. Y si no lo notaron entonces, tuvieron que olerlo, por fuerza, cuando ella sacó la mano húmeda de la cueva del tesoro y al bajar de la furgoneta se la ofreció a Polla Grande para que la ayudara a bajar. El olor de un orgasmo como ese es irresistible.
Nos asignaron las habitaciones y subimos en ascensor por separado. Llegamos a nuestra suite habiéndolos perdido de vista por completo. La habitación era espectacular, qué pena que solo pudiéramos usarla por el retraso del avión. ...