1. Me he convertido en una verdadera puta


    Fecha: 20/06/2018, Categorías: Incesto Autor: muyhot, Fuente: CuentoRelatos

    ... así me refresco.
    
    Bajo su mirada, me quitó mis manos de mis tetas, dejó mis grandes tetas al descubierto, luego me quitó todo el bikini, me sentó y me abrió las piernas, sin decir palabra me empezó a comer el coño, me mordió el clítoris y lo chupó de una manera increíble yo le agarre del pelo mientras gemía:
    
    —¡Mmmm, que rico, sigue, sigueee, así, así!
    
    Tuve dos orgasmos, quería sacarle la polla y chupársela, pero él no me dejaba, yo no entendía nada.
    
    Me giró y me puso de espaldas, con mi culo en pompa, encendió la ducha, el agua empezó a caer sobre mi cuerpo, me empezó a rozar el culo con su polla, yo la sentí genial, me tuvo compasión y no intento penetrarme el culo, ya que no practico sexo anal, pero en ese momento estaba tan cachonda que no habría dicho que no a nada.
    
    Siguió buscando hasta que encontró mi vagina y a cuatro patas empezó a follarme, lo hacía duro y salvaje, sus embestidas hacían que se escuchara el golpe al chocar contra mi culo, empecé a gemir de una manera muy ruidosa, ya nada me importaba con el agua cayendo, me la metió por el culo, lo hizo fuertemente, el dolor era casi insoportable, solo la excitación y el morbo lo contrarrestaban y en lugar de sentir dolor sentía un enorme placer, quién hubiera dicho que hace ...
    ... apenas unos minutos me sentía dueña de la situación.
    
    Gire mi cabeza y le dije:
    
    —Follas de vicio, hacía mucho que no sentía tanto placer, no pares nunca, sigue así.
    
    Él no hablaba, se limitó a sonreír, así que le volví a hablar:
    
    —¡Voy a ser tu puta! fóllame, fóllame el culo, agárrame las tetas, muerde mis pezones.
    
    No me contesto, pero hizo exactamente todo lo que le dije.
    
    Cuando follaba con mi marido en esa posición mi marido aceleraba y reducía el ritmo, sin embargo este no conocía la moderación parecía que todos esos días de coqueteo se le habían acumulado en la polla y quería reventarme.
    
    Yo quería mamarle la polla, pero a su vez no quería que dejara de follarme, desee que se dividiera en dos, pero como no era posible me limité a seguir recibiendo sus embestidas.
    
    —Aaaahhh, que gusto, ya no aguanto más.
    
    Por fin, se corrió en mi culo, yo trate de levantarme para besarle pero las piernas me fallaron, me quede tumbada mientras me recuperaba, a lo que ya me levante vi que se había marchado.
    
    No lo volví a ver, nunca supe su nombre, no escuche su voz, una compañera me dijo que era un ejecutivo exitoso con fama de duro que tuvo que dejar la ciudad por cuestiones de trabajo, que estaba casado y que tenía mucho respeto hacia su familia. 
«123»