Mi mujer y el Vecino - Relatos Eróticos

Mi mujer y el Vecino

... me dice con razón te vienes tanto aquí, estás muy caliente hoy Amalia-.Cierto día mi vecina Julia me llama para pedirme que la preste una cebolla, yo como buena vecina se la doy, y ella aprovecha para sacar el tema de los ruidos, de cómo se oyen los sonidos a través de las paredes.Oye Amalia,¿ os m*****amos mucho por las noches, hacemos mucho ruido? Me pregunta mi vecina, aparentemente con cierto rubor.No, no te preocupes, hay días que se oye más que otros, pero imagino que vosotros a nosotros también nos oís y dijo si veo que tu vienes mucho y muy frecuente.Contesto, como no dándole importancia.A vosotros casi ni os oímos, pero es que se que nosotros somos, bueno sobre todo yo, soy muy escandalosa, es que José es tan grande, tiene todo grande, bueno enorme y cuando se pone a darme sexo me traslada a tener goces y orgasmos salvajes, así que os pido perdón, pero no puedo evitarlo. Me comenta Julia, ahora ya si, con un rubor en las mejillas muy visible.Que no te preocupes Julia de verdad; que además nos gusta oíros, y estas cosas son así, venga no me tienes porque pedir perdón, anda pasa y te invito a una cerveza y hablamos más tranquilamente.Julia, cierra la puerta de su casa y entra en la mía, estamos solas y así ella se anima a decirme:Sabes, yo le digo a José, que deberíamos no gritar tanto, que sólo se nos oye a nosotros follar, pero el me dice que no pasa nada que no hacemos nada malo, que es un acto normal en un matrimonio, y yo le digo no se la oye casi, a lo que mi ...

... marido me contesta, si yo me la follase ya verías tu si chilla o no chilla.Que no te preocupes Julia, que como bien dice tu marido es normal. La interrumpo yoDespués de un rato de conversaciones triviales, típicas de vecinas, Julia se marcha a su casa, quedándome yo pensativa sobre lo que le dijo su marido de “que si el me follaba yo también chillaría como ella”,que ignorante, eso me m*****ó un poco, pero me excitó mucho. Además, Julia me había comentado que ahora al tener sexo su marido ya no se duchaba antes para oler bien, que habían descubierto que el olor a hombre a ella le excitaba un montón. Puf, menudo asco, nosotros, David y yo que siempre nos duchamos antes de practicar sexo, menudo olor, que desagradable, pensé yo. Pero al mismo tiempo me dejó marcada pensando “y si eso a mi también me pone cachonda, me pone muy caliente”.Yo suelo llegar a casa a las dos o dos y cuarto de la tarde y ahora en verano, en cuanto llego, me bajo a la piscina para darme un baño refrescante y tomar un poco el sol. En la piscina casi siempre coincido con mi vecino José, el llega unos minutos después que yo, llega, se ducha, se pone sus gafas de nadar y zas, una zambullida, nada unos largos, sale del agua, se vuelve a duchar para quitarse el cloro, pasa por mi lado, yo aprovecho para mirarle el paquete, y ahora sí, ahora le veo como marca polla, joder, tiene que ser enorme, me digo yo, el hace como si no me viese, pero siempre me dice hola y adiós y acto seguido se marcha, yo me quedo tomando ...