1. El Clan del Placer cap 1


    Fecha: 22/07/2017, Categorías: Incesto Autor: Crystal69, Fuente: SexoSinTabues

    ... liberarse de sus ataduras infantiles mediante el ritual de ascensión. Sin más, apoyándome en el velludo pecho de Aiden, dejé caer mi trasero sobre él. Su polla se clavó y se abrió paso a través de mi vagina con una fuerza intensa que me hizo soltar un grito de dolor. La separación de mi cuerpo me llenó de un extraño sentimiento de negación, como si me rasgara demasiado por dentro. Me brotaron lágrimas de los ojos y los apreté para impedir que siguiera llorando. Mi primo cubrió mis pechos con sus manos y tiró de los pezones. Me incliné más hacia él para besarlo, y todavía con su miembro dentro de mí. Palpitaba como si tuviera una consciencia propia y con cada movimiento estimulaba mis nervios, remplazándolos por el placer en vez del dolor. La lengua de Aiden se mezcló con la mía. Intercambiamos un poco de saliva dulce con nuestras lenguas. Tenía un aliento fresco y unos labios afrodisiacos que me impulsaron a querer unirme a él en más de un sentido. —Mueve la cadera —pidió mamá, y así lo hice. Tal y como ella me había enseñado, expulsé el pene de mi cuerpo y volví a sentarme sobre él, experimentando el mismo ardiente dolor—. Hazlo más rápido. El clítoris tiene que ser estimulado correctamente. Asentí. Mi tío quiso acercarse para limpiarme el sudor y las lágrimas, pero mamá no lo dejó. Era un momento en el que los padres no podían intervenir. Sólo se valía mirar. La próxima luna llena, podríamos organizar una orgía familiar en honor a la diosa Erina, pero no hasta entonces. ...
    ... Apretando los dientes, empecé a cabalgar sobre la erecta polla de mi primo. Los jadeos escaparon de mi garganta por primera vez, como si en cada grito, mi infancia se fuera para dar paso a una mujer adulta. Eso significaba muchas cosas, y entre una de ellas, era que ya podría elegir a mi primer esposo. Por un momento miré a Aiden, preguntándome si la matriarca del clan estaría dispuesta a permitir que nos casáramos. Éramos familiares, sí, pero demasiado cercanos como para eso. El incesto no estaba tan bien visto en términos matrimoniales, y mucho menos a la hora de procrear. Teníamos la libertad de pasarla bien con nuestras familias en una ceremonia de sudor y placer. No más allá de eso. De pronto me di cuenta de que ya no me movía para mitigar el dolor, sino para aumentar el placer. Mi pecho daba fuertes tumbos. Las manos de mi primo se cerraron alrededor de mis nalgas y las golpeó con la palma de la mano. Mi tío observaba la escena con una lujuriosa sonrisa, como si quisiera intervenir. Le sostuve la vista un rato. —¿Qué se siente ver a tu sobrina con tu hijo? —le pregunté. —Excelente. —No harás nada hasta la próxima luna llena —advirtió mamá, sabedora de que su hermano era un caballero guarro, capaz de acostarse con prácticamente cualquier hembra del clan. Mamá, por su parte, era más leal a los principios familiares— ¿Cómo te sientes? —Bien… oh, bien, demasiado bien —reí, montando más rápido y más fuerte. Mamá movió la cabeza con un gesto afirmativo. —Así debe ser. Ya están ...
«1234...»