1. El Clan del Placer cap 1


    Fecha: 22/07/2017, Categorías: Incesto Autor: Crystal69, Fuente: SexoSinTabues

    ... Aiden se había reducido de tamaño. Mis pezones también. Tío nos dio unos trapos con agua perfumada para enjugarnos el sudor. Hacía demasiado calor dentro de la casa—. Necesito que pongan sus firmas en los libros, donde se registra que son adultos y que aceptan sus responsabilidades. Dejar el testimonio de lo que acabábamos de hacer era muy importante, pues confirmaba que todo era legal. Sin eso, mamá y tío serían pasados por la horca por atreverse a violar un mandamiento de Erina. Una vez terminado, nos abrazamos entre todos y disfrutamos del banquete que mamá y sus dos siervas habían preparado para la ocasión. —¿Has sabido sobre los movimientos de los bárbaros? —quiso saber mi primo, con visible interés en ese tema. Ahora que era un hombre, podría unirse a las filas del ejército del rey y luchar por mantener nuestras tierras salvo. —Se mueven hacia el oeste. Dicen que intentarán entrar por el mar, aunque esa zona está bien protegida. —Nunca lo lograrán —fue la seca respuesta de mi hermana mayor, sentada en medio de sus dos esposos—. Son un montón de salvajes con el cerebro demasiado pequeño para eso. —Aunque hay que admitir que son bastante lindos —canturreó Jeneh, la pequeña de la familia. Todavía le faltaban algunos años para que su ritual diera inicio, pero su hombre ya estaba decidido. Se trataba de Darvan, un sujeto alto y musculoso que era un guerrero retirado debido a una herida en la pierna. Tenía casi dos metros de altura, lo cual hacía que, al lado de mi hermanita, ...
    ... que apenas llegaba al metro y medio, formaran una pareja muy extraña. Mamá no veía con buenos ojos a Darvan. Le intimidaba que semejante mastodonte lastimara a su hija. —¿Te unirás a los soldados? —preguntó mi hermana mayor. Emelia tenía a sus dos maridos comiéndole el cuello, pero ella no parecía darse cuenta de eso. —Sí. Quiero pelear y proteger al clan. —Tranquilos —ordenó mamá, al ver cómo las manos de los esposos de Emelia le apretaban los senos—. En la mesa no se comporta así. Si quieren sexo, vayan a su casa. —Son ellos, mamá —protestó Emelia ante el llamado de atención. Jeneh y Darvan sonrieron y se dieron de comer en la boca—. Aiden ¿es que te has vuelto loco? Es peligroso unirse a la guardia. —¿Dices que mi hijo no es apto para eso? —replicó tío Helm, ofendido—. Sólo míralo. Es enorme. —Darvan es más grande —añadió la pequeña Jeneh. —Dejen de ofenderse así. En mi mesa se come tranquilamente. Mival, Jeras, aléjense del cuello de Emelia por un rato. Aiden, Helm, basta de sentirse insultados por la menor de las provocaciones. Jeneh y Darvan, si ya terminaron, pueden ir a darle de comer a los perros. —Sí. Vamos, Darvan. Cárgame. El enorme guerrero fácilmente subió a Jeneh sobre su espalda, y se fueron juntos del comedor. La cabeza de mi hermana casi rosaba el techo. —En cuanto a ti, Aiden, espero que pienses muy bien lo que vas a hacer. Será necesario tenerte aquí. Escaseamos de mujeres, y cada gota de semen es importante para que nuestro clan resurja. —Por eso podemos ...