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Mi trabajo como niñera
Fecha: 06/03/2023, Categorías: Infidelidad Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... demasiado las farolas y apagó el coche. -Quitate la camiseta. Mientras él levantó las caderas y se bajó los vaqueros y los calzoncillos yo hice lo que me pidió y me quité la camiseta. Nunca llevo sujetador porque mis tetas no son demasiado grandes y se mantiene bien puestas. Volvió a empujar mi cabeza y esta vez, sin sus manos al volante y los pantalones fuera de mi vista, pude chupársela sin problemas. Comencé a lamérsela como si fuera un polo mientras él me miraba a los ojos. Jugaba suavemente con la piel y lamía entre el capullo y el prepucio, mordiéndole suavemente el frenillo, algo que le daba mucho gusto. Mientras tanto, él pellizcaba y tiraba de mis pezones, a veces pegándole pequeños azotes a mis tetas, cosa que me ponía muy cachonda. Decidí que ya estaba bien de jueguecitos y, poco a poco, me metí toda la polla en la garganta. Con la lengua lo estimulaba lo máximo que podía pero el placer mayor se lo daba mi ajustada garganta envolviendo su polla. Llevé una mano a sus huevos y comencé a acariciarlos mientras retiraba la cabeza y volvía a empujarla, comencé a autofollarme la boca con su polla suavemente. Sus gemidos me ponían cachonda y notaba como ya tenía el tsnga mojado. Sin previo aviso, puso ambas manos en mi nuca y comenzó a follarme la boca fuertemente. Él prácticamente saltaba en el asiento para intentar meterme lo máximo posible y follsrme la boca y la garganta a lo bestia, y me encantaba. Estoy segura de que desde ...
... fuera se podía ver el coche botando. Las lágrimas se me saltaron por la presión, pero si algo tengo es aguante por lo que pude controlar las arcadas y no hice amago de quitar sus manos de mi nuca. Podía ver cómo mis babas estaban empapando sus huevos, sus muslos y hasta el asiento del piloto. -Joder... Joder... Movió una de sus manos a mi garganta y la apretó mientras sus caderas se movían aún más rápido. -¡Tragatelo! Fue lo último que oí antes de un gruñido acompañado por sus dos manazas hundiendo mi cara en su entrepierna, que dio paso a seis o siete chorreones de lefa caliente y espesa que me lubricaron la garganta y que fui obligada a tragar, aunque no tenía pensamiento de rechazarla. Tragué todo y tosí un poco. Soltó mi cabeza y se dejó caer extasiado por descargar mientras yo agarré su polla que poco a poco se ponía más flácida mientras la besaba y lamía para limpiarla por completo. Me senté en mi asiento mientras él agarró mi camiseta y se limpió mis babas de su polla. Se inclinó y se puso los pantalones, y del bolsillo sacó 50€ que me dio. -Toma nena. -¿Y esto? -pregunté sorprendida. -Una subida de sueldo que no le puedes contar a mi mujer. No hice más preguntas y metí los 50€ en mi cartera. Me llevó a casa y durante los cinco minutos de camino que quedaban hablamos de todo un poco. Cuando me bajé del coche me guiñó un ojo y se marchó. Su hijo pasó a ser parte de los niños que cuidaba todas las semanas.