Nuestra obra maestra (Primera parte)
Fecha: 07/03/2023,
Categorías:
Hetero
Autor: JulioG, Fuente: CuentoRelatos
... el despacho con tanto cariño.
Por hoy ya es suficiente, me digo mirando el reloj sabiendo que ya llegaba tarde para mi clase de yoga, que si bien, siempre me ayuda a superar momentos de estrés como éste, relajándome y manteniendo mi cuerpo en forma, creo que mejor iré pasado mañana.
Convencido, me acerco a la ventana. La abro para coger el aire fresco de la noche a la vez que me aflojo la corbata. Aspiro y me lleno los pulmones de la brisa del mar. Es una delicia. Fue un acierto instalar el despacho aquí. El sol, la brisa marina de la magnífica playa que tenemos tan cerca, hace de este lugar un sitio privilegiado.
Ella
Con todos esos pensamientos mirando el entorno, me quedo observando la luz de una ventana de la casa que acababan de ocupar hace poco. Me llamó la atención la silueta de aquella mujer. Pude verla sentada en su cama.
Tenía una posición privilegiada desde mi oficina sobre toda su vivienda. Hasta podía ver todo el ámbito del jardín y la piscina. Me llamó la atención como se deshizo de sus tacones liberándose enseguida de sus medias. Fue algo natural y cotidiano para ella, pero para mí fue seductor el hecho de contemplarla, así, sin que me viera.
Poco a poco se fue deslizando sus medias dejándome apreciar su blanca piel. Pude apreciar como aparecían ante mí aquellos muslos que se fueron convirtiendo en unas largas y delgadas piernas. Y después, cuando se hizo aquel masaje sobre ellas, imaginándome las traería tan cansadas del largo día, ...
... consiguió mi total atención.
No sé cómo lo hizo, pero me entraron ganas de tener mis manos sobre aquellas piernas, subiendo por sus muslos. Cuando se acercó lentamente a su ventana, la abrió y se quedó contemplando las vistas e intuyo que también observó mi edificio, incluso diría que a mí también. Pero lo que nunca habría imaginado es que sería espectador privilegiado de lo que a continuación contemplaría.
Lentamente se fue desabrochando los botones de su blusa enfrente de la ventana. Era como una gran pantalla, como un escenario para mi solo. La contemplaba perfectamente ya que debía tener una lámpara en un lateral de la ventana que la bañaba con la justa luz para no dejar nada a la imaginación.
Al momento pude apreciar esos deliciosos pechos coronados por unos ricos pezones color café. No sabría decir si estaban erectos por el frescor de la noche o por la posible excitación que sintiera al exhibirse.
Pensaba en eso, cuando me di cuenta de que se giró y nuestras miradas se cruzaron. Sí, ahora sabía que lo estaba haciendo a propósito. Se exhibía. Miré alrededor y no vi a nadie más que pudiera verla en ese momento. ¿Realmente lo hacía para mi? ¿Estaba regalándome una actuación privada para mí?
Lo que si era verdad es que ella estaba consiguiendo que fuera mi centro de atención. Contemplaba su hermoso cuerpo y en ese momento sentí como respondía mi pene pulsando dentro de mi pantalón. Sí, me estaba excitando la nueva vecina. Me hacía desearla. Mi cuerpo reaccionaba ...