1. Femdom de cuarentena. De novio a esclavo en castidad (2)


    Fecha: 31/03/2023, Categorías: Dominación / BDSM Autor: iñigogom, Fuente: CuentoRelatos

    Me desperté inesperadamente con Coral encima de mí. Como la mañana anterior, se puso encima de mí y sin ni siquiera preguntar empujó su coño contra mi boca. Yo reaccioné mal. No estaba cachondo y quería seguir durmiendo.
    
    -Estás de coña? Ayer me dijiste que te parecía bien adoptar tu rol de sumiso y ahora no me puedes ni comer el coño?
    
    -Coral, te estás pasando. Son las ocho de la mañana, no me puedes despertar de golpe con el coño en mi boca pretendiendo que te lo coma.
    
    -Creo que no estás entendiendo como funciona esto y lo harta que estoy de esta situación. Me tienes que obedecer siempre cuando te exija algo relacionado con el sexo, ese es el rol del sumiso.
    
    -Pues no lo acepto entonces.
    
    -Pues te has quedado sin sexo dos semanas, y si te pillo masturbando esta vez me voy de verdad.
    
    -Muy bien -le respondí.
    
    Salí de la habitación y me puse a desayunar. La verdad es que estar dos semanas sin descargar mi polla me daba vértigo. Nunca desde mi primera paja había estado tanto sin tener un orgasmo, y sabía que era dependiente a ellos, por la descarga de endorfinas que genera. Sin embargo estaba decidido a cumplir con tal de que Coral no ganara.
    
    Al paso de unas horas hablamos y nos reconciliamos, pero Coral siguió aun así con la idea de no follar en dos semanas, por lo que cambié de tema, esperando que en unos días estuviera ella tan cachonda que se le olvidara la idea.
    
    Cuatro mañanas más tarde me desperté con una erección y empecé a frotarme contra el ...
    ... culo de Coral. Ella seguía medio dormida pero se dio cuenta, y se giró. Me miró a los ojos y me dijo:
    
    -¿Qué haces?
    
    -Vengaaa Coral, vamos a follar.
    
    -No, te he dicho que voy a cumplir mi palabra.
    
    -Venga que sé que tienes ganas tú también, llevamos cuatro días sin follar y tú no aguantas tanto.
    
    -Sí, tienes razón, estoy cachonda. Pero aun así no vamos a follar. Pero mira, soy buena. Si quieres puedes comerme el coño. –Me enfadó mucho su chulería y decidí mostrarme frío.
    
    -No gracias. -le respondí. Y me fui a duchar.
    
    Pasaron los días y Coral seguía en las mismas. Yo no podía más pero no me iba a arriesgar a que me pillara masturbándome. Encima la muy cabrona se paseaba en bragas muchas veces por la casa, aumentando mi lívido. La vi en la cocina esa misma tarde así y le dije:
    
    -Coral, no puedo más. De verdad que no. Si hace falta comerte el coño una hora, lo hago. Pero por favor déjame correrme.
    
    Me miró con cara de satisfacción, y sin decir palabra me cogió de la cabeza y me la impulsó hacia abajo. Entendí la señal. Me puse de rodillas y tragué saliva. Estaba tan cachondo que incluso solo comerle el coño me valía. Le bajé rápidamente las bragas y empecé a lamerle con la lengua. Estaba muy amargo su coño pero no me importó. Rápidamente lo llené de saliva y el sabor empezó a diluirse. Me cogió de la cabeza y empezó a gemir cada vez más alto. Sus piernas se tensaron y me apretó mi boca contra sus labios, que empezaron a soltar corrida bastante espesa. Sin más ...
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