1. La esclava del sexo 1 (contado por ella)


    Fecha: 23/06/2018, Categorías: Confesiones Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... prendas, mientras él; en ciertos momentos, miraba sin ningún disimulo mis rodillas, y parte de mis piernas, que se habían descubierto al sentarme.
    
    Mientras el parecía ver la ropa, su intención de seducirme me cubrió en silencio en todo momento. Su mirada intensa era penetrante, yo sabía lo que esos ojos me decían, y sentía que por momentos iba a desfallecer delante de él, o a salir corriendo de allí.
    
    De pronto me preguntó: “¿Tiene lencería, ropa interior de mujer?” Yo, sin pensar nada le dije: “Si” y saqué de mi bolso algunas prendas que el empezó a ver.
    
    De pronto; de manera resuelta, me dijo algo que me dejó paralizada: “Esta prenda está bien, mi esposa tiene más o menos su talla, pero no estoy seguro. Por favor, pruébese esta pieza; si le queda bien a usted, le compraré media docena de ellas”
    
    ¿Qué, cómo? ¿Ese hombre me pedía que me cambie delante de él, y me pruebe para él esa ropa íntima? ¡¡Que descaro!! Sentí que una ráfaga de calor y de vergüenza me cubría, y rápidamente respondí: “¡¡No, no señor, no lo haré!!”
    
    Él, persuasivamente respondió: “No le estoy pidiendo que se cambie delante mío, solo quiero comprar; venga, aquí puede hacerlo, yo no la miraré”, Y en medio de mi confusión, me dejó en una salita adyacente, y cerró la puerta, alejándose.
    
    Allí, a solas, presa de la mayor confusión no entendía lo que me estaba pasando ¿Porqué era tan débil, y porque no había resistido, o abandonado la casa de ese desconocido?
    
    Después de un momento de agitado ...
    ... aturdimiento, miré la prenda que él había elegido: Era un Body-tanga negro muy revelador y sexy. Atontada como estaba, me tomé la cabeza llena de una excitante confusión que fue creciendo cada vez más. La sangre me hervía, las venas me latían, y una sensación erótica que ya conocía en mis sueños y fantasías se fue apoderando de mí. En la salita había por casualidad un gran espejo de cuerpo entero, me miré en él. Yo no veía nada, solo un rostro confuso, dominado por una pasión desconocida, que me pedía que haga algo prohibido para mí.
    
    Obedecí como sonámbula ese impulso, y me saqué lentamente el jean que vestía.
    
    Las curvas de mis muslos brotaron poderosamente de la tela elástica que las ceñía ocultas. Al quitarme los sostenes, mis seños parecían volcanes que respiraban fuego y sexo. Quedé desnuda.
    
    Yo estaba asombrada, el espejo reflejaba un cuerpo de mujer Latina voluptuoso, curvilíneo, y bello. Toqué con íntimo placer cada pliegue de mi piel. La sentía suave, femeninamente vellosa y ardiente. Parecía que lo que estaba pensando provenía más bien de una loca, pues dije en mi interior: “Soy bella, me siento atractiva, cualquier hombre se dejaría atacar por defenderme y hacerme suya, ¡¡que rica que estoy!!” Y mi pensamiento se hiso más atrevido: “Si ese hombre que está afuera me viera, quedaría impactado, no podría creer lo que ven sus ojos”
    
    Y me puse esa indecente prenda íntima. Al verme me sentí incitante y sensual, una mujer que con el pretexto de probar esa prenda ...