1. El internado


    Fecha: 10/04/2023, Categorías: Bisexuales Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... estallar. Con un gemido me la clave hasta que mi culo hizo tope en sus testículos. Mirando a sus bellos ojos iguales que los de su hermana y dejando que él viera mi cara de vicio. Lo cabalgué despacio sintiéndome llena de carne caliente y disfrutándolo. A esas alturas ya tenía claro que me encantaba disfrutar de los dos sexos. No sentí cuando se corrió pero lo vi poner los ojos en blanco mientras pellizcaba sus pezones y él amasaba mis tetas.
    
    Si noté cuando la hermosa polla entró en cuarto menguante, le quité el condón y se la limpié con mi lengua. Con un último y lascivo beso en el que aún tenía el sabor de su semen en mi boca me despedí de él y volví a mi dormitorio. Allí me esperaban mis amigas, amantes, deseosas de que les contara como me había ido. Se lo relaté con pelos y señales evidentemente.
    
    IV.
    
    Nos costaba separarnos en las vacaciones, que la lejanía de nuestros hogares nos obligaba a pasar separadas. Yo me sentía muy sola sin otra boca que me diese placer en mi sexo ahora también depilado al completo. Había abandonado un poco a mis amigas de casa y no creía tener confianza suficiente con ninguna chica como para hacerla mi amante y compartir mi placer con ella.
    
    Así me decidí a entrenar a mi perrita Una fox terrier muy sexi que traía locos a todos los perros de la vecindad para que me chupase la vagina. Debo hablar algo mas de este singular chucho, desde niña me gustaba jugar desnuda con ella, frotar su piel caliente y viva con la mia, con mi cuerpo sin ...
    ... ropa, me encantaba. A veces cuando estaba en celo yo misma la follaba con mis dedos para calmarla. Siempre me gustó el espectáculo de verla follando con perros y alguna vez con canes de confianza mi mano guiaba su pene al coño de mi zorrita perra o a su culo si el chucho era tan feo que no quería cachorros.
    
    Comencé su entrenamiento poniéndome cebos en los labios de la vagina o sobre el clítoris y si pretendía alcanzar la golosina debía lamer el coño ofrecido. A los pocos minutos yo me había corrido y le daba un premio mas grande. Comencé a suprimir las golosinas que me metía en la vulva y a dejar solo el premio final cuando me corría. Y lo curioso es que a la puta del chucho le gustaban los jugos de mi orgasmo y los bebía con gusto, asi que dejé también de usar el premio y en cuanto me levantaba la falda y bajaba la braga ella se lanzaba sobre mi sexo para hacerme gozar todo lo que yo creía necesario. La perra le daba rápidos lengüetazos a los labios del coño o yo los abría con los dedos para que que metiera la lengua lo mas profundo en la vagina o lamía el clítoris. Nunca dejé que sus dientes entraran en juego castigándola severamente cuando lo intentaba.
    
    A pesar de que alguna vez mis compañeras habían marcado su dentadura en mi piel y a mi me encantaba dar algun mordisco mezclado con los besos en los hombros de mis amates. La perra siempre había dormido a los pies de mi cama pero desde entonces siempre lo hizo entre mis muslos dentro de mi camisón, los pocos días que ...
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