1. Esperábamos algo más


    Fecha: 12/04/2023, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: femerba, Fuente: CuentoRelatos

    ... seleccionar la que más les gustara. Y no dudo, también, que hayan conversado sobre lo que cada una de sus parejas hombres esperarían de aquella experiencia.
    
    Cuando llegamos a la habitación, Alberto se sentó en un sillón ubicado al lado de una gran cama y, abriendo sus piernas, dijo, bueno niñas, somos todos suyos. A ver, ¡sorpréndannos! La situación estuvo un tanto ambigua, porque nadie se atrevía a tomar la iniciativa. Mi esposa y yo, ciertamente éramos mayores que ellos, y quizá se sentían un poco en desventaja ante nuestra supuesta experiencia. Lo cierto es que, dichas aquellas palabras, Ni Laura, Ni Magda ni yo, tomamos la iniciativa para iniciar algo.
    
    Yo le hice un gesto a mi esposa, como insinuándole que empezara. Creo que lo entendió, porque se colocó de rodillas frente a Alberto, en medio de sus piernas abiertas, y con una calma pasmosa, poco a poco, fue soltando el cinturón, desabotonando su pantalón y bajando su cremallera, para exponer su miembro fuera de sus pantaloncillos. Laura, Magda y yo pudimos ver como el pene de Alberto hacia su presentación en sociedad, erecto, duro y medianamente grande, tal vez igual al mío. Yo pensé que Magda iba a seguir el ejemplo, pero no fue así. Ella estaba ensimismada, viendo lo que hacía mi esposa.
    
    Laura se apresuró a llevar a su boca aquel erecto miembro y frotar su tallo arriba y abajo con especial dedicación. Alberto echó su cabeza hacia atrás, recostado en aquel sillón, y permitió que ella lo atendiera como ...
    ... quisiera. Ella, ante nuestra vista, chupaba con gusto aquel pene mientras Magda estaba atenta a todos sus movimientos. Pasado un rato, mi esposa se levantó, se despojó de sus bragas, sin quitarse la ropa, se colocó de espaldas a él y se sentó sobre su miembro para ser penetrada desde atrás.
    
    Alberto no desperdició el gesto de ella y, tomándola de sus caderas, dirigió los movimientos de ella, arriba y abajo, sobre su pene. Al parecer lo disfrutaba, y al parecer Magda y yo estábamos muy cómodos observando la escena, pues ni ella iniciaba algo conmigo, ni yo con ella. El, pronto empezó a despojar a mi esposa de la ropa y ella, moviendo se como estaba sobre aquel pene, le ayudó quitándose las prendas, poco a poco, una a una, hasta quedar vestida únicamente con sus medias y zapatos.
    
    Alberto estaba gozando de mi esposa. Magda y yo, tan solo seguíamos atentos a la escena como simples espectadores. Después de mover su cuerpo de diferentes maneras mientras era penetrada por Alberto, Laura se incorporó y le dijo a aquel, ¿no te parece que estaríamos mejor en la cama? Seguro, dijo él. Se levantó del sillón, rápidamente se desvistió y procedió a acostarse boca arriba sobre la gran cama. Mi esposa procedió a montarse sobre él, dándole la cara y acomodando nuevamente su miembro dentro de su húmeda y expectante vagina. Ella estaba controlando el encuentro.
    
    Yo, por mi parte, ya estaba excitado observando la escena que mi esposa y Alberto nos brindaban, así que me acerqué a Magda para ...
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