1. Ella fue a comprar


    Fecha: 16/04/2023, Categorías: Anal Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... filo de la braguita que llevaba puesta y además podía intuir también una especie de "calor húmedo" que se estaba produciendo. Lo que faltaba, se estaba excitando!.
    
    Miró discretamente hacia el hombre y observó que el pantalón blanco que llevaba puesto marcaba un arco lo suficientemente grande para que no quitara los ojos. Un poco más abajo ella podía distinguir sin problema uno de los dos testículos que su perspectiva le permitía ver, y que también tenía un tamaño perfecto para una mano ... para su mano. En ese momento, la punta de su lengua se asomó a su boca por el centro y, como dando un paseo, se deslizó hacia la comisura derecha de su boca: había tanta humedad entre las piernas como entre los labios de la boca.
    
    El vendedor, volvió a mirarla y le dijo -disculpe de nuevo, pero lllevamos un ratito aquí y aún no me he presentado: me llamo Luis. Ella, con voz entrecortada dijo -soy Julia. Encantada. De nuevo, Luis se dirigió a ella -te importa si me siento a tu lado? Llevo todo el día caminando con el carrito y a penas me he sentado. Por supuesto, respondió. Él se sentó a su lado izquierdo.
    
    Al sentarse, Julia miró de nuevo, todavía con discreción, y veo que ahora la visión era mucho mejor en todos los sentidos: el tamaño de aquel miembro era mayor, por lo que dedujo que Luis también estaba excitado ... justo en ese momento se le escapó una expresión que no puedo disimular "que calor!".
    
    El hombre, por el grado de excitación que efectivamente tenía, le respondió: ...
    ... "si que lo hace. Y de hecho creo que se de donde viene". Sin dudarlo, colocó su mano sobre la que Julia tenía entre sus piernas y tras un pequeño repudio de ella (intentando mostrar cierto recato y casi un aire de vulgaridad ante ese hecho) no pudo ceder y permitió la entrada a esa mano tan suave como fornida que entró directamente hacia un coño totalmente mojado que la esperaba tras unas bragas que molestaban más que otra cosa.
    
    La respiración de Julia comenzó a convertirse en algo casi desenfrenado y no sabía como controlar los gemidos que emitía su garganta, por lo que tras mirar a ambos lados, le dijo a Luis: "aquí no ... hay gente". Luis, cuyo pantalón estaba a punto de reventar le contestó en un segundo: detrás del carrito: apóyate y yo seguiré este trabajo por detrás de tí.
    
    Así fue: Julia se colocó como si estuviera mirando los ramos de flores desde la parte trasera y Luis se colocó rozando su culo y mirando hacia otra parte del carrito, pero por debajo, volvió a introducir su mano por la falda y retiró la braguita. Dos de sus dedos entraron sin ningún esfuerzo, con una suavidad digna del mejor de los lubricantes dado que la vagina de Julia, además de caliente estaba emanando flujo que tocaba hasta los muslos ... Ella apretó sus manos en el mostrador donde estaba apoyada con una fuerza mayor de lo normal para mitigar los gemidos que ahora, intentaban ser mayores que antes. Y de repente, Luis introdujo los dedos hasta el fondo del coño de Julia como si quisiera ...