Culo
Fecha: 23/06/2018,
Categorías:
Confesiones
Autor: pedrocascabel, Fuente: RelatosEróticos
... testículos, amasándolos, primero con suavidad, apretando después y acariciando sin cesar ni un momento. Yo aprovecho para desabrochar el cierre del sujetador del biquini y quitárselo para que queden a la vista suspitonudas tetas.
Me encanta comerle las tetas durante muchos minutos, chupar y mamar sus pezones es algo maravilloso, y a ella también le gusta. Suele cogerse los pezones con dos dedos y me los ofrece como se me estuviera dando de mamar. Para mí es lo más parecido al paraíso.
Maribel está muy buena, es unpibón del estilo de muchas mujeres de los países del Este europeo —las personas de su confianza le llamamosla rusa, por su físico y por sus ideas políticas— a pesar de haber parido dos niñas. Muy alta, como todos en esta familia, fuerte pero elegante, con un bonito cabello rubio trigueño que en verano siempre lleva muy corto y el resto del año lo deja crecer hasta media espalda para peinarlo en cola de caballo, guapa, con grandes ojos verdosos, labios rectos gordezuelos, y una expresión en su rostro amigable, simpática, de empatía constante. Delgada, con la piel siempre tostada de tomar el sol, sus tetas son más bien pequeñas, altas, separadas, firmes, duras, como dos limones puestos de punta de los que sobresalen pezones cortos, redondos, gordos, situados en pequeñas areolas amarronadas perfectamente circulares.
Ni gota de grasa en su cuerpo —todas las mañanas temprano sale a correr por la playa— dicen que sus largas piernas de musculados muslos son lo ...
... mejor que tiene —y ella se preocupa de estilizarlas con zapatos y sandalias de alto tacón— aunque para mí lo es su culo, alto, firme, ancho y alargado, con una fina apretada raja que no llega a ocultar la roseta amarronada del ano. En su pubis tiene una breve cantidad de vello muy rubio, tanto que parece que está depilada. Me gusta, me gusta esta mujer unmogollón. Será por eso que las mujeres con las que he salido a lo largo de mi vida siempre han sido rubias y se han parecido físicamente a Maribel.
Desde bien niño se lo he dicho a menudo:
—Si no me puedo casar contigo lo haré con una mujer que se te parezca, que sea como tú
Oírlo le llena de orgullo y le pone contenta, supongo que también se excita.
Ya tengo la polla tiesa y dura. A mis dieciséis años tiene veinte centímetros —Maribel la ha medido y ha sopesado los testículos infinidad de veces— y en cuantohuele a hembra se pone dura como el mango de un martillo. Serán reflejos condicionados por saber que mi tía me va a dar gusto, quizás, pero me encanta sentirme excitado, en erección plena, con esa sensación de que los huevos parecen pesar más que unos minutos antes, de que la polla es más grande y tiene vida propia porque cabecea husmeando a la búsqueda de lo que más le gusta. Todo a la vez me provoca una cierta ansiedad, no sé si nerviosismo, pero también una gran seguridad y confianza en mí mismo. Es importante para un chaval joven como yo saber que mi polla es buena y responde ante las mujeres.
Boca arriba en ...