Sergio, mi compañero de piso
Fecha: 23/06/2018,
Categorías:
Hetero
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... fuerza, clavándomela entera. De pronto me incorporé en la cama, de un salto, como con un resorte y me levanté. Saqué un pañuelo largo del cajón y unas esposas. Fui a su habitación. El se había quedado dormido a medio vestir, tal vez por el elevado nivel de alcohol que había ingerido. La luz estaba encendida aún y y llevaba los pantalones por los tobillos. Le quité con cuidado la ropa que le quedaba puesta y lo dejé desnudo en medio de la cama. Lo até por los pies por el pañuelo y le esposé las manos a la cama. Ahora estaba desnudo y a mi merced. Yo llevaba mi ropa interior sexy puesta y me sentía poderosa y despechada .Le desperté de un guantazo en la cara, no me iba a andar con rodeos. Cuando me vio encima suyo tardó unos segundos en darse cuenta de que estaba atado y en comprender la situación.
-Vamos a ver calienta coños. Si crees que me vas a dejar a medias estás listo.
Me miraba con los ojos abiertos como platos.
-¿Qué haces? Ya te he dicho que tengo novia. No puedo…
-Pues esta de aquí no dice lo mismo- le dije agachándome y mordiendo su erección con los dientes.
Gimió de desesperación y eso me puso todavía más.
-No tendrás que sentirte culpable. No vamos a follar. Te voy a violar, que no es lo mismo.
Y acto seguido me puse de rodillas sobre su boca y me aparté el tanga para que pudiera comérmelo todo. Pero él no reaccionaba. Alejaba la cara de mi coño y no paraba de decir que no podía. Pero a mí ya me daba igual. Le cogí la cabeza desde abajo y ...
... le estampé el coño en la boca. Quería decir algo pero no podía, estaba lleno de mí.
-Cómemelo, venga. Y hazlo de bien.
Entonces poco a poco empezó a lamerme. Primero despacito y luego con más ganas. Yo me moría de placer. Me tocaba los pezones que tenía durísimos y salidísimos. Me metía un dedo en el culito y no paraba de gritar como una cerda. Él seguía y seguía y yo no podía más .Me corrí 2 o 3 veces seguidas hasta quedarme exausta. Me tumbé a su lado jadeando y le miré. Estaba asustado pero aún quedaban muchas cosas por hacer. Me puse encima de él, que permanecía inmóvil y con cara de susto. Tenía la boca bañada en mi flujo y le besé tragándomelo todo. Parecía que no iba a participar así que tuve que ponerme manos a la obra. Bajé hasta tener su polla rozando mi boca. Me moría por tenerla dentro, por chuparla, por lamerla, quería notar toda su leche cayendo a borbotones por mi garganta, así que me la metí hasta la campanilla de un tirón. Dio un respingo.
-Para, para, no me la chupes, para…
-Cállate y disfruta.
Seguí chupándosela sin parar, de arriba abajo, rápido, despacio, según me diera. La tenía cada vez más dura pese a que hacía evidentes intentos para que eso no le ocurriera. Pero no lo podía evitar.Sólo quería saborearla. De pronto noté que me agarraba del pelo y me asusté. Le miré y me di cuenta de que se había quitado las esposas.
-Desátame los pies- me dijo con voz ronca y cachonda.
Yo lo dudé un momento pero el brillo excitado de sus ojos me ...