-
Visita muy provechosa
Fecha: 22/04/2023, Categorías: Sexo Interracial Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... acurruqué dejando que sus manos recorrieran mi figura sin descanso. ¡Te deseo… te deseo enormemente… me tienes cachonda perdida! –le dije con mis ojos medio entrecerrados y sin parar de revolverme entre sus brazos. ¿Sabes? Me gustan las maduritas cachondas como tú –confesó ahora él besándome de nuevo antes de arrodillarse entre mis piernas buscando el mejor acomodo posible. Sabía lo que buscaba y sonreí satisfecha y feliz pues yo también lo deseaba. Estirándome aún más y teniéndole nuevamente frente a mí ronroneé como una gatita mientras el incesante murmullo de la tele golpeaba mis oídos una y otra vez. Un suave murmullo que contrastaba con el silencio sepulcral de ambos, allí sin decir palabra ninguno de los dos, tan sólo percibiendo el enorme deseo que a los dos nos envolvía. Noté el calor de aquellas manos por encima de mis piernas al tiempo que sus ardientes labios tomaban posesión de mis muslos besándolos repetidamente entre mis desconsolados lamentos. Los lamió sin cesar haciéndome jadear sonoramente cada vez que sentía el cálido contacto de aquella lengua recorriéndome desde la rodilla hasta la parte superior de mi pierna para volver a bajar de manera premiosa. Mi joven amante subió hacia mi barriguilla donde jugó y jugó haciéndome temblar de puro deseo. Sus manos, mientras tanto, acariciaban mis pechos pellizcándome ligeramente los pezones entre sus dedos. Al fin bajó a mi pubis donde se entretuvo largamente deleitándose observando mi braguilla la ...
... cual aparecía abundantemente mojada. Gemí escandalosamente deseando que me lo comiera y, removiéndome frente a él, le animé a que lo hiciera sin más esperas. ¿Puedo comértelo? –me preguntó apenas susurrando y con su mirada fija en la mía. Claro tonto… llevo rato deseando que lo hagas –respondí estremeciéndome entre sus manos al mismo tiempo que enredaba mis dedos entre sus cabellos demostrándole así la urgencia que me corría por dentro. Sonriendo triunfante le vi cómo se disponía a saborear mi empapado coñito pero antes estuvo unos segundos respirando el dulce aroma de mis jugos por encima de mi delicada prenda. Pensé que moriría allí mismo si no ponía rápido remedio a todo aquello. Así pues, agarrándole de la cabeza le llevé a mi sexo incrustándole con fuerza entre mis piernas. Teniéndolo arrodillado a mis pies disfruté con la imagen de aquel joven de piel morena metido entre mis muslos y dispuesto a ofrecerme el mejor de los placeres con aquella lengua tan ardiente y húmeda. Al mismo tiempo que levantaba una de mis piernas acariciándola con una de sus manos, con la otra apretaba uno de mis senos. Separándose mínimamente me hizo flexionar levemente las piernas y cogiendo mis braguitas entre sus dedos las fue deslizando de forma lenta pero sin pausa dejándolas resbalar finalmente hacia el suelo. Un débil sollozo escapó de entre mis labios al notar la mano de mi compañero buscando mi más escondida intimidad. Ahora sí mi coñito se mostró húmedo y palpitante ante el ...