1. Los ojos de mi vecina (Parte 2)


    Fecha: 27/04/2023, Categorías: Infidelidad Autor: Dark knight, Fuente: CuentoRelatos

    ... realmente fuera algo relevante. Lo que si pude apreciar fue el canalillo de sus senos, que se marcaba en la abertura de la camisa. Eran unos senos bonitos sin llegar a ser enormes, no se apreciaba demasiado pero no soy lo que se dice un limosnero con garrote así que me contenté con admirar lo que el momento me regalaba aunque solo fuera por un poco mas de tiempo ya que mi método probó ser muy efectivo y entre los dos terminamos de limpiar rápidamente.
    
    - Muchas gracias, Rubén. – Me dijo cuando terminamos. – Lamento que te hayas tenido que levantar de tu cama para ayudarme. ¿Gustas que te sirva un refresco?. - Dijo.
    
    - Te lo acepto con gusto. – Contesté. No tenía realmente mucha sed pero de alguna manera quise prolongar un poco más ese momento.
    
    Ana sacó una botella de Coca-Cola del refrigerador y me sirvió todo lo que quedaba en un vaso. Ella a su vez se sirvió un vaso de agua natural.
    
    - Dirás que soy una pobre e inútil mujer pero no sé qué hubiera hecho sin tu ayuda…
    
    - Ya te lo dije, Ana. Lo que se te ofrezca. – No sé si mi afán seductor se coló por esta última afirmación pero sentí que se ponía un poco tensa. Finalmente me dijo.
    
    - Estaba limpiando porque mañana regresa finalmente mi marido y no quería que encontrara la casa hecha un muladar.
    
    - Me da gusto por ti. Supongo que ya lo debes extrañar. – Repuse más por compromiso que por otro motivo.
    
    - Pues… si. Si lo extraño. – Contestó evasiva.
    
    - Ana, ¿me permites usar tu baño? – ella dudó un segundo y ...
    ... recordé el incidente del plomero. – Prometo no hurgar en el cesto de la ropa sucia. – Dije sonriendo. Ana se sonrojó un poco pero intentó sonreír también.
    
    - Si, claro. Sólo recuerda poner el seguro para que no vaya a ocurrir un accidente. – Dijo tratando de seguir la broma.
    
    - Te prometo que a mí me gusta más el refresco que la botella vacía. – Dije con el vaso levantado y señalando al envase vacío que había quedado en la barra. Ella de nuevo se sonrojó al captar la analogía. Sentí que tal vez había llegado muy lejos y me levanté para ir al baño.
    
    De camino al baño, volví a voltear hacia la recámara con más atención y en esta ocasión pude descubrir que aquel objeto rojo bajo la almohada tenía la forma de un consolador. Seguramente era su compañero de aventuras durante las prolongadas ausencias de su marido. Sonreí. Me la pude imaginar reclinada en su cama con el enorme artefacto vibrando sin misericordia dentro de ella, mientras lo disfrutaba con sus ojos cerrados ante la inminente llegada de un apoteósico orgasmo. Guardé mis fantasías para otro momento menos inconveniente y fui a hacer mis asuntos al baño.
    
    Finalmente me despedí de ella estrechando su mano de forma ceremoniosa al llegar a la puerta. Ella dudó por un instante y al final me abrazó con gratitud. Pude sentir la presión de sus pechos en mi y sentí cómo mi pene volvía a la vida ante su suave contacto. Correspondí a su abrazo esperando que hubiera algún indicio de algo más de parte de ella, pero sólo se ...