Una mamada deliciosa
Fecha: 27/04/2023,
Categorías:
Sexo oral
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... escuche el ruido del cierre de su pantalón que se bajaba. Con el corazón anhelante quede inmóvil. Pablo tomó una de mis manos y me dijo:
—¡Toma lo que tengo aquí!
Y fue acercando mi mano a su endurecida entrepierna. Cuando mi mano aprisionó su inmensa erección me conmoví, su pene era fuerte, rígido y potente, aunque no tenia el tamaño del recordado miembro de Mario, aún así me produjo una terrible atracción. Mientras se lo acariciaba, algunas gótitas de sus jugos amorosos empezaron a fluir cubriendo la hendidura del glande, esto me excito intensamente y comencé a refregárselo en una lasciva paja.
Mientras yo le pajeaba su rígido y excitante pene a un ritmo acompasado, él me alentaba ardientemente a que se lo hiciera más fuerte y rápido, mientras continuaba insistentemente en sus afanes de tocarme mi conchita, tratando de apartar mi calzoncito hacia un lado.
Sinceramente llegue a sentir el calor que emanaba del lugar, en ese momento mi mano tenia firmemente aferrada su dura estaca y la desplaza sin cesar en torno su pene, era liso, suave como la piel de un bebe, y tenia la punta como un hongo. Me parecía sentirlo caliente y esponjoso. Lo apreté aún más y sentí su dureza, me dio como una especia de desesperación, tanto que no pude resistir las ganas de apretárselo y estrujárselo.
Pablo emitió un intenso quejido que por supuesto no era de dolor sino solo de intenso placer, debido a mis atenciones, se lo tenia firmemente agarrado, abarcándolo todo su grosor con mi ...
... mano, mientras seguía subiéndola y bajándola recorriendo el grueso tronco cada vez más rápido.
Mientras lo pajeaba disfrutando a mares de su verga, Pablo me manoseaba y me besaba cada vez más excitado. Comenzó a insinuarme que deseaba tener relaciones sexuales. Deje inmediatamente de pajearlo. El susto se apodero de mí, ante mis primeras negativas él se puso muy furioso, y comenzó a intentar agarrarme a la fuerza. Diciéndome que yo no me iba a burlar de él y exhibiéndome su rígido miembro, me decía:
—¡Mira como me tenis de caliente!
Yo no sabia que hacer, quise escapar, pero sus manos me atraparon, me taparon la boca y comenzó a intentar bajarme los calzones a tirones, mientras sus manos manoseaban mi vulva y mis nalgas. Recién en ese momento de mi cuenta que a la buena o la mala él me iba a culear. En un momento me tenia agarrada desde atrás, había logrado deslizar mis cuadros hasta mis muslos e intentaba acomodar su miembro por entre mis nalgas con el claro propósito de metérmelo.
Logro ubicar su excitada verga en medio de mis nalgas pero sin introducirlo. Me lo refregaba enérgicamente por el canal de mi culo y sobre mi ano, Mientras buscaba la entrada de mi abertura vaginal, yo sentía la firmeza de sus enviones y la dura protuberancia de su miembro chocando contra mis nalgas desnudas, e intentaba resistirme a los descontrolados intentos que realiza tratando de separar mis piernas.
Decidí a salvar lo mejor posible la situación y le dije en un tono de suplica ...