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Nuestro secreto
Fecha: 29/04/2023, Categorías: Erotismo y Amor Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... El me cogía y yo me penetraba el rabo con mi dedo. - quiero que te lo saques y que te lo chupes. - si? Eso quieres?? Le preguntaba toda cansada y excitada. - si!! Hazlo!!!. Estaba excitado. Saqué mi dedo lentamente, y lo metí dentro de mi boca. ¡¡Dios santo!! Estaba probando de mi culo. No me importaba mucho. Estaba tan excitada que lo disfrutaba con ganas. Me chupe con ganas y me lo volví a meter todo. Lo retire y lo volví a probar. Que rico. Estaba tan caliente, tan excitada que nunca pensé que fuera a hacer cosas tan inimaginables como esas. - quiero venirme, vane!!!! - espera!!! No lo hagas!!! - que hago??? - ven!!! Me levanté y me hinqué rápidamente. Agarre su verga y termine por masturbarlo hasta que se viniera. - Aaahhh!!!! Dios!!!! Lo haces muy bien!!!! Decía Dylan. - ya suéltalo!!! Dame de tu semen!!! Me lo quiero tragar!!!! - Aaahhh!!!!! No pares vane!!! Sigue así!!!! Estaba apunto. Ya lo quería todo. Comence a mamárselo de nuevo. Succione tu punto. Me metí toda su verga hasta mi garganta. Dios!!!! La tenía toda en mi boca. Me llenaba tan rico. Se la Jalé con ganas y coloque su glande sobre mi lengua. ...
... Hasta que al fin.. - Aaahhh!!!!! Dios!!!! No mames!!!!! Gimio Dylan. Santo cielo!!!! Le comenzó a salir todo su semen de su verga. Se venía en mi lengua. Se la Jalé con mas fuerza y rapidez. Aaahhh!!! sii!!!! Gemía Dylan con locura. Masticaba su semen pegajoso. Hice gárgaras con él. Y lo escupí sobre su verga cubriéndola toda de mi saliva y su semen. Le lave la verga y se la volví a chupar llevándome de nuevo sus semen y mi saliva. Dios!!! Que asco!!! Como era posible todo esto!!! Soy una asquerosa de primera pero aún así me gustaba. Tener su semen en mi boca era una sensación tan asquerosa y a la vez muy rica. Finalmente decidí por tragarme todo. Se sentó en el sillón, mientras yo quedé hincada en el suelo. - hay que vestirnos, le dije. Me paré y me puse mi calzón, me abroché la falda, mi brasier. Me acomode la blusa. El hizo lo mismo. Se subió su boxer y su pantalón. - ¿que va a pasar ahora? Pregunté - Imaginemos que no pasó nada. Contestó Dylan. Sonó el claxon de la camioneta. Llegaron. Nos miramos, y se acercó plantando sus labios sobre los míos, diciéndome: - no tienes de que preocuparte, porqué esto aún no ha terminado.