1. El regalo: Un antes y un después (Octava Parte)


    Fecha: 04/05/2023, Categorías: Infidelidad Autor: DestinyWarrior, Fuente: CuentoRelatos

    ... cariño para evitar que se levantara de la cama tan rápido, pellizcarle las nalgas y tratar de retenerla a mi lado en la cama, jalándola de sus bragas. Sin acariciar su preciosa cara ni besar la punta de su nariz y cobijar sus mejillas entre mis manos. Temerosos ahora y los dos tan distantes.
    
    —Rodrigo… –Carraspeó un poco antes de proseguir–. ¿Como ves este mes para ti? —Digo, en las ventas. ¿Crees que será bueno? ¿Podrás ganar buen dinero para el otro?
    
    —¿Quieres un café también? —Le pregunté. Finalmente tuve el valor de observarla. —Sí, gracias–. Me respondió.
    
    —El mes pinta bien Silvia, pero ya sabes que los negocios no están fáciles y se dilatan por diferentes motivos. Mucha competencia y rebajas en otros concesionarios. Me lo ponen difícil. De hecho salgo en un rato para la sierra a visitar a un cliente. ¿Por qué la pregunta?
    
    —Mi vid… Amor, es que no podemos seguir así. Mi trabajo está formando obstáculos entre tú y yo. Prefiero renunciar antes que perderte, romper lo nuestro. —Y se fue acercando a mí. Despacio y en su carita, el temor al rechazo por mi parte.
    
    —Solo que nos hace falta el dinero y tenemos encima los pagos de los servicios, del colegio y pues andamos un mes retrasados en el alquiler también, ya sabes. No quisiera tener que acudir a mi mamá. —Me tomó de la mano sin saber que era la que tenía lastimada y me quejé, apartándola por el ardor de la mordedura.
    
    —¿Qué te pasó? —Me preguntó angustiada y sus dedos pasándolos con suavidad sobre la ...
    ... herida–. No es nada, tranquila. Ya pasará. Tengo tiempo para llevar hoy a los niños, tú termina de arreglarte.
    
    —Voy a preparar unas tortillas, pareces hambrienta y te veo ojerosa ¿Será que no dormiste bien? —Le terminé por decir mientras me daba vuelta hacia el mesón para tomar la cubeta con los huevos.
    
    No me dijo nada y se fue por el pasillo, seguramente a terminar de lidiar con el no querer despertar de nuestro par de terremotos. Yo acabé de preparar el desayuno para Silvia y para mí, lo dejé en la mesa y fui a la sala para arreglar mis cosas y dejarlas junto al maletín. Silvia llegó ya arreglada y con los niños tras ella. Todos nos sentamos a la mesa, apurando a nuestros hijos con su cereal y Silvia presurosa, dio buena cuenta de su tortilla y el café.
    
    El sonido de mi móvil se antepuso al tenedor y el trozo trinchado en dirección a mi boca. Era una llamada de Paola. Silvia extrañada me observó en silencio, pues a esas horas no era usual recibir llamadas.
    
    —Buenos días, en una hora pasó a recogerte. Voy de salida. Nos vemos en un rato. Bye. —Contesté a modo de un viejo telegrama. No dejé que Paola me contestará. Silvia me observó disimuladamente, sin embargo siguió desayunando con prisas y finalmente no me dijo nada.
    
    —¡Bueno me voy, no quiero llegar tarde! —Besos para mis hijos, abrazos apretados para ellos y para mí un simple… ¡Hasta la noche! —Abrió la puerta y saliendo se giró, tras un breve silencio, mirándome apenada, me soltó unas pocas palabras…
    
    —Rodrigo, ...
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