1. Purificación. El despecho de una joven adultera


    Fecha: 09/05/2023, Categorías: Bisexuales Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... parecía ser la última cerveza, para después sentarse junto a la casada. – Tú siempre con sus albures…, dijo coquetamente Puri. El madurito no respondió a eso, en su lugar cayó a la chica dándole a beber de su cerveza, ella dio un gran trago.
    
    – Ahhhh… creooo… que me quieres emborrachar. Sus manos limpiaron las gotas que se le escurrieron de sus labios.
    
    – No mi reina… Lo que quiero es tener una noche de pasión follando como locos…, la excitación que sentía el madurito estaba por los aires, y ese pequeño juego que se traían lo volvía loco. – Mira lo que provocas en mí…, Fernando posó su mirada en su pantalón, mientras la chica seguía la mirada. Era verdad, debajo de su pantalón de pinzas, se notaba el gran bulto que cruzaba hasta su muslo cargando a la izquierda., producido por la fastuosa polla del susodicho macho. – ¿Yo he ocasionado eso? Decía coquetamente Puri, dándole una ligera palmada en la rodilla, y mirándolo provocativamente.
    
    – Claro que si… con ese vestidito… la manera en que te mueves… me sorprende que tu maridito te deje salir así por la calle.
    
    Nuevamente sus manos comenzaron a masajear las piernas de Puri. Purificación no quería que la conversación girara hacia Cesar, en ese instante era lo último que deseaba, lo último que quería… Se levantó del sofá, paseo por la habitación, mientras el seductor bebía su cerveza, disfrutando del sensual meneo de caderas y bamboleo del culo de la rubia.
    
    – Bonitas imágenes…, dijo la casada refiriéndose a los posters ...
    ... en la pared de mujeres en pelotas.
    
    En otras ocasiones le parecerían vulgares, pero no ahora, ahora tenía ganas de divertirse y le daban ambiente al lugar. Puso especial atención en una imagen de una mujer que estaba sostenida de cabeza totalmente desnuda en una mesa, mientras hombres parecían aplaudir tras de ella. El madurito notó ese interés, por lo que muy seguro dijo…
    
    – Es una strippers… de esas chicas que menean el culo por dinero… me parece que tú también eres buena para eso, te encaja bien ese tipo de trabajo.
    
    – ¿Tú crees…? La rubia posó sus manos en su gran trasero, se veía alegre, juguetona, traviesa.
    
    – Por supuesto… es más… ¿Qué tal si bailas un poquito para mí, reina?
    
    Por un momento Puri no respondió, mordía su doblado dedo índice con su boquita de rojos labios sensuales lo cual la hacía verse tremendamente deseable, pensando si hacer o no lo que le pedía el madurito.
    
    – Ay no como crees… nunca he bailado así… Además que para eso se necesita música.
    
    Purificación no estaba muy convencida, una parte de ella se negaba, pensando que podía hacer el ridículo, pero la otra quería hacerlo, quería sentirse sexi, deseada, no importándole que solo la viera Fernando. Por eso no te preocupes cariño…, él se levantó del sillón, y de debajo de esta sacó una vieja radio con lector de CD’s bastante gastada, pero que aún funcionaba para sus propósitos.
    
    – ¿Entonces qué nena… te animas? Preguntó el madurito sacando un billete de 20 €, mostrándoselo…, esto provocó ...
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