Purificación. El despecho de una joven adultera
Fecha: 09/05/2023,
Categorías:
Bisexuales
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... alegró un poco a Puri pues lo tomó como una señal de que el empresario se lo estaba pensando, aunque el tiempo que transcurrió así fue poco porque le bramó al oído de Puri. – ¡Trato hechooo…! Y entonces tomó el preservativo y lo sacó del gran pollón…, salió con dificultad bañado de líquido. Lo arrojó al suelo, y fue a dar a un lado de la cara de Puri, quien estaba recostada boca abajo, eso la hizo sentir un poco mal, al ver ese condón pensó que tal vez no debía estar allí, que el pavimento… que su marido la engañara no era motivo para dejarse follar y mucho menos inseminar por ningún otro sujeto, sin embargo sabía que ya no había vuelta atrás.
Ya mucho más tranquila la casada esperaba que se quitara de ella, para nuevamente poder acomodarse de tal forma que pudiesen tener un sexo más “normal”, pero algo iba mal, el madurito no se quitó y cuando lo hizo rápidamente se recostó sobre ella, quedando su trabuco a escasos centímetros del ano. – ¡¡Noooo…!! Gritó de dolor la casada cuando no importándole el trato realizado con la chica, el madurito le metió una pequeña parte de su descomunal falo por el pequeño orificio anal, no sin antes desplazar un poco hacia un lado el tanga, la cual estaba tan estirada que una vez terminado aquello ya no se usaría más. Él tenía una cara de triunfo total, estaba dándole por el culo a la diosa Purificación sin condón. Estaba muy apretada como siempre se imaginó, sentía un extraño dolor, le era difícil avanzar, esas paredes ofrecían dura ...
... resistencia, eso sería por poco tiempo.
El sudor nublaba su visión, pero no le importaba, las sensaciones en su tiesa y gruesa verga eran mejores, la chica gritaba como loca, a la vez que recordaba los gritos de la primera vez que se la clavó por el coño…, esos ni siquiera se le acercaban. – Tranquilícese señora Pagán…, en un rato se acostumbrará y hasta aullará de placer…, le dijo con cierto tono de sarcasmo.
Ya tenía la mitad de su estaca clavada, pero pensó que ya no se podía más, era todo lo que entraba, tal vez solo era cuestión de aflojarlo un poco. Purificación no podía creer lo doloroso que era eso, alguna vez había escuchado que el peor dolor era el de dar a luz, el que dijo eso debió ser hombre pues que se la metan por el ano era mil veces peor pensaría Puri, días después de terminado aquello, pues no se pudo sentar cómodamente en tres días. Fue entonces cuando comenzó a sacarla y a meterla, muy lentamente pues no quería dañarse, poco le importaba la integridad física de la casada, en ese momento no era más que unas enormes nalgas que le proporcionarían un enorme placer.
– ¡¡Quitateee…!! Volvió a gritar Puri entre alaridos de dolor, y al igual que antes no tuvo efecto. Tres cosas iban en aumento, el doloroso mete y saca, cada vez más rápido, el pavor de la enculada casada totalmente ensartada y el placer del gerente que había logrado meter toda su verga hasta los huevos.
– Te voy a hacer adicta a mi verga putaa…¡¡ Si tienes cara de que te encanta que te la ...