1. Purificación. El despecho de una joven adultera


    Fecha: 09/05/2023, Categorías: Bisexuales Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... metan por el culo…!!
    
    Bramaba el cincuentón totalmente fuera de sí mientras todo traspirado no dejaba de meter y sacar su verga en el dilatado pero aún apretado agujerito. Purificación hacía esfuerzos sobrehumanos para no desmayarse, sus manos perfectamente cuidadas estaban sujetas con todas sus fuerzas al colchón, al igual que su boca que en un afán de aminorar el dolor, lo muerde. Se ve espectacular con su bella melena rubia cubriendo en su totalidad su rostro, con sus enormes tetas aplastadas en una grisácea sabana casi trasparente, y con sus enormes nalgas retumbando ante el peso del madurito en sus empujones, su piel se encontraba con un bello color rojizo debido al esfuerzo hecho. En fin se ve hermosa, a diferencia de él, su maduro cuerpo retumba, su cara de placer contrasta enormemente con el bonito rostro de Puri, este lleno de dolor.
    
    Pasó un largo tiempo para ella así, hasta que el hombre sin retirar su verga se separó de ella obligándola a seguirlo para terminar poniéndola en cuatro patas. Con mucho cuidado la despojó de sus botas, para arrancarle bruscamente el diminuto tanga y tomarla de los brazos. Agarrándola de la cintura y su hermoso culo, sin dar tregua o descanso continuó penetrándola, ahora completamente desnuda, más fuerte y más brutal que antes. El horrible dolor que la rubia había experimentado hace un rato había disminuido considerablemente, ahora solo sentía una molestia menor, pero molestia al fin y al cabo. ¡¡Se sorprendía lo que daba de sí su ...
    ... cerrado esfínter!! Por suerte para ella.
    
    – ¡¡Termina por favor…!! Dice Purificación muy exhausta, rogando a dios que el fornicador se apiade de ella, pero eso no sucede.
    
    En esa posición el macho puede nalguearla las veces que quiera, y lo hizo muchas veces, y cada vez que vuelve a clavársela follándose a su yegua, la agarra por el cuello o por los cabellos de su frente, esa impresión le da por la manera en la que la está “cabalgando”, domando. – ¡¡Muge mi yeguaa…!! Le ordenó Fernando sin saber que un mugido es un sonido que hacen las vacas, no las yeguas. – ¡¡MUUUU…!! ¡MUUUU…!!
    
    Gritó la rubia intentando que con esto el madurito termine, que la deje de martirizar, pero sin darse cuenta esto le agradó, le gustó sentirse meramente un animal, una bestia, hecha exclusivamente para su amo y si a esto le sumamos que el dolor había desaparecido por completo, ahora empezaba a asomarse lentamente el placer. A Fernando no le importó que ella haya hecho como una vaca y no como una yegua, lo importante es que le obedeció, como debía de ser, a fin de cuentas era suya, hasta que él lo logró, logró domar a la yegua.
    
    – ¡¡Ahhhhha…!! Ya no son gritos lo que sale de la dulce boca de la casada, ya son gemidos, y no de dolor, sino gemidos de auténtico placer. Placer que va en aumento. – ¡¡ Así chiquita…!! Demuéstrame que eres una hembra…!!
    
    – ¡Más bien seré una puta barata! Me acabas de dar por el culo por solo 20€.
    
    La chica afloja su cuerpo y se mueve al compás del empresario, ...
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