1. Afortunado Reencuentro (I)


    Fecha: 24/06/2018, Categorías: Sexo en Grupo Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... la boca, me fijé que tenía rastros de sangre, de la rotura del virgo, pero Marian , o no dio cuenta o no le importó, porque empezó a chupar con vigorosidad.
    
    Cuando cambió el jadeo de Alberto me di cuenta que iba a correrse, y no me equivoqué. De los alrededores de la polla que entraba y salía de la boca de Marian, empezó a salir polvo y más polvo, Marian daba arqueadas como para vomitar, se notaba que no estaba acostumbrada a esto. Para ayudarla, empecé a comerle la boca, y a tragarme todo el polvo de su boca, era mucho polvo, claro, de cuatro días que hacía que no ... Se estaba reservando.
    
    Alberto fue a darle las diez mil pesetas acordadas al terminar a Marian una vez que esta se lavó un poco, pero ésta no quiso cogerlas. Simplemente dijo: "Gracias por este rato tan guay que he pasado, llamadme cuando queráis", y no volvimos a saber de ella.
    
    Bueno, pues sí, se parece la dependienta a Marian. En la chapita del pecho viene su nombre, señorita Loli, sería mucha coincidencia que fuese Marian, después de tanto tiempo.
    
    - Aquí tiene, pase al probador , cuando lo tenga puesto, por favor, llámeme para ver como le queda por si acaso puedo ayudarle en algo -, me dijo la dependienta señalándome a una puerta un poco escondida para ser un probador.
    
    - Gracias - respondí, pasando al interior.
    
    Tal probador no tenía mucha pinta de probador, era una habitación grande, con muchas cajas de ropa interior. Enseguida descubrí que el probador era el almacén, y que allí debía de ...
    ... dormir un guarda nocturno o algo parecido, pues en el centro había una cama, muy bien hecha y arreglada con esmero. La iluminación era un tanto deficiente pues solo colgaba del centro del techo una barra fluorescente.
    
    Empecé a quitarme la ropa, un tanto desconcertada por la situación, y me puse rápidamente el picardías negro, sin bragas, claro, como si estuviera en casa; pero ¿ cómo me quedaba ? ...
    
    Debe de haber un espejo por aquí. Pero, ... no, no hay.
    
    Llamaré a la tal Loli, haber que me dice y haber donde puedo mirarme. - ¡ Señorita ! -grité.
    
    En menos de dos segundos se abrió la puerta por donde entré, apareciendo por ella la señorita dependienta. Parecía que esperaba mi llamada detrás de la puerta.
    
    - ¿ Cómo ves que me queda ? - le pregunté.
    
    - Perfecto -, argumento la chica.
    
    La verdad es que yo mirándomelo, me lo veía muy bien. No es que fuera una TOP-MODEL, pero con veinticinco años, me conservaba perfectamente. Tenía un busto bonito, con un talla 85, tenía las piernas largas, esbeltas, con las inglés siempre bien depiladas a la cera para que el coño se viera perfectamente recortado, como a mí me gusta tenerlo.
    
    No me había fijado hasta entonces en la mirada un tanto lasciva de la chica, me miraba los pechos, mi trasero, la cintura, y sobre todo el coño, estaba tan bien recortado, delimitándose perfectamente los bordes de la maraña de pelo negro azabache rizado.
    
    - Por favor, ¿ un espejo ? - , le pregunté.
    
    - ¿ Uno ?, ¡ todos los que quiera ! -, ...
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