1. Diario íntimo de mi prima Montsita


    Fecha: 24/06/2018, Categorías: Jóvenes Autor: febarsal, Fuente: RelatosEróticos

    Diario íntimo de mi prima Montsita
    
    Mi prima Montse, es cinco años mayor que yo. Hubo un tiempo, aquellos de los años cincuenta, los de las carencias, vivimos un poco hacinados en mi casa, mientras los papás de Montse encontraban alojamiento en Madrid, ya que su papá, hermano del mío, se vino de Barcelona destinado a Madrid. Ambos eran militares.
    
    A la sazón Montsita tenía 19 primaveras ¡pero que primaveras, madre mía! ¡Qué hembra más hermosa! Como casi todas las catalanas. Montse nació en La Argentona, provincia de Barcelona, ¿saben? Pero apenas hablaba catalán, por razones obvias y porque en su casa de allí, sólo hablaban el castellano, ya que mis tíos eran de Navalcarnero.
    
    Yo tenía 14 años y empezaba a despertar a las disquisiciones del sexo. He de decir, que en aquella época, los niños íbamos más atrasados que las niñas en picardías; me di cuenta después, cuando leí el diario de mi prima, y cuando rememoraba aquellas escenas en que las niñas "me lo ponían en bandeja" y yo sin enterarme. ¡Es que yo era un niño muy mono! ¿Saben ustedes?
    
    Pero era tan gilipollas que estaba convencido que las niñas no sentían como los niños en materia de sexo. Que ellas sólo habían nacido para ser mamás, cuidar a sus hijos y quererles mucho. ¡Ah! y para ser alcahuetas, lo que le llamaba mi tío a mi tía. No sabía lo que significaba entonces, pero nada bueno, ya que se lo decía cuando se cabreaba.
    
    Yo espiaba a mi prima Montsita, y lo que más me gustaba era buscar entre la ropa ...
    ... sucia sus braguitas y olerlas; no sé de donde me viene ese antojo, pero producía en mi mente muchas fantasías que me ayudaban a "cascármela" con más ilusión.
    
    Revolvía en sus cosas buscando cosas íntimas de ella. Deseaba alimentar mis quimeras, porque como todos sabéis, "una paja" sin fantasía no sabe "a'na". Y buscaba todo aquello de mi prima que ayudara a mi tarea.
    
    Mi tía le decía a mi mamá.
    
    -María, alguien me revuelve en la maleta y el armario.
    
    -¡Pero Felisa, mujer! Quien te va a andar en la ropa.
    
    -¡Ay no sé! Pero no me la encuentro como la dejo.
    
    -¿Te falta algo?
    
    -¡Mira, eso no! Nada me falta.
    
    -Entonces cuñada no te preocupes, igual es Montsita.
    
    -No, no creo.
    
    Las oía y me partía de risa. Estaba considerado como el "lila" de la casa, incapaz de hacer lo que hacia, ¡Si, si! Me tenían como a un niño tipo "Ginesito"* que no se entera de que va la misa, y que sólo se dedicaba a estudiar y a jugar con los soldaditos de plomo.
    
    * * *
    
    Un día no sé porqué se me ocurrió mirar debajo de la cama que dormía ella, y vi una caja de lata pegada a la pared, y como medio escondida entre una de las patas. Me dió un vuelco el corazón, intuía algo terrible para mi morbo. Ese día estaba solo en casa con la tripita mala; mi mamá y mi tía habían ido a comprar los garbanzos y las patatas, y mis hermanos y Montse en el cole. Antes de tomar aquel tesoro para mis ansias, me fijé muy bien en la posición que estaba, para dejarla exactamente igual. Estaba mi tía y mi prima ...
«123»