Fantasía con mi hijo
Fecha: 25/06/2018,
Categorías:
Dominación / BDSM
Autor: Crusnik, Fuente: CuentoRelatos
... tu madre.
Su lengua vuelve al ataque en esa parte, chupa mi entrepierna y percibe la blandura de mis labios externos, pasa ligeramente su lengua por mi rajita. Vuelvo a tirar de su pelo para retirarle la cabeza de mi entrepierna.
—Para hijo, por favor. - digo casi en un jadeo.
Se adentra en mi raja y se agarra a mis caderas para que no vuelva a retirar su cabeza de tan sagrado lugar. Su lengua y sus labios no dejan un centímetro sin catar, sin chupar, sin lamer, disfrutando por primera vez de las mieles que brotan de mi sexo. Su paladar lo degusta como si fuera el mejor de los manjares.
—Sigue, mi amor, continúa chupando y lamiendo la rajita sonrosada de mamá – digo entre jadeos.
Me corro entre gritos y jadeos sin dejar de agarrar con fuerza su pelo hasta casi tirar de él, sin poder controlar esos espasmos que da a mi cuerpo cuando su lengua está en contacto con mi sexo.
—¿Lo hice bien? - pregunta poniéndose en pie observando mi cuerpo desnudo y jadeante.
Tardo un rato en reponerme y con las piernas totalmente temblorosas.
—Si, papito, fóllame así, hijo mío, mi amor.
Mis piernas están completamente abiertas y mi cuerpo se aprieta contra el suyo en un vaivén cada vez más acelerado. Lo miro con ojos desorbitados, mi boca abierta que hace que su aliento impregne mis labios con una bocanada caliente sintiendo el sabor agridulce de mis jugos vaginales que hacían juego con las contracciones de mi coño.
Va sacando su polla de mi conducto sagrado y el ...
... placer de ese movimiento es más agradable cada vez.
— ¡Ahhhh, qué gusto! – digo en una especie de sollozo.
— ¡Síííí, mami, toma polla! ¡Te estoy follando, mamáááá!
Empieza a bombear dentro de mí. Las paredes de mi vagina se aferraban a su polla. Ya no hay mundo a nuestro alrededor, solo nosotros dos, él y yo.
Los jadeos se multiplican, las respiraciones son intensas y nuestras bocas están tan cerca que no pueden por más que unirse y empezamos a besarnos sin que él deje de empujar con sus caderas hacia mi cuerpo, metiendo y sacando su miembro en mi interior.
En un momento reduce el ritmo pues está a punto de correrse. Puedo sentir como se inflama su miembro. Ambos estamos descontrolados. Nuestras lenguas se unen de nuevo en jadeos de nuestros respectivos alientos.
— ¡Mamá, me corro!, ¿la saco?- me dice.
Mantengo cerrados los ojos, mis piernas aprietan sus caderas, mi cabeza hacia atrás y mis manos agarrando fuertemente las sábanas. Mis pies empujan su culo hacia mí, mientras no dejamos de gemir con más fuerza cada vez, hasta que veo como se está corriendo sin contemplación. Siento como se tensa su polla y explota dentro de ese lugar maravilloso. Se corre soltando varios chorros que inundan mi vagina, la vagina de mamá.
Sigo gimiendo y aprieto mis pies contra su culo para que siga brotando su semen. Son varios más los espasmos hasta que pierdo la cuenta, inundado mi coño por el semen de mi hijo pude sentir la felicidad plena y cómo se puede detener el ...