Fantasía con mi hijo
Fecha: 25/06/2018,
Categorías:
Dominación / BDSM
Autor: Crusnik, Fuente: CuentoRelatos
... mundo en un instante. Me sentí completa, debe ser porque durante el embarazo fuimos una misma persona.
Mi hijo permanece sobre mí y ambos jadeamos intentando recobrar el aliento e intentando asimilar al mismo tiempo todo lo que ha sucedido. ¡Acabamos de follar! Y ¡Se ha corrido dentro! Mis piernas temblaban y mi espalda me dolía un poco.
Ya no pienso, ya no razono. Por un momento miro a sus ojos que se cruzan con los míos y no hay palabras que definan eso, nos llevar y seguir disfrutando de esos momentos.
Disfruto en entrega total, su lengua juguetea con mi clítoris inflamado. Levanto una pierna colocando la rodilla a la altura de mi pecho, con el coño totalmente abierto para mi hijo pueda tocar y meter toda su polla en mi coño empapado. Quedo a horcajadas sobre su cuerpo. Nuestros sexos entran en contacto otra vez y todo un escalofrío recorre todo mi ser. No hace falta lubricar mucho más, ni animar su miembro que está completamente erecto otra vez.
— ¡Fóllame!
Me sonríe y después de ubicar su glande contra mi orificio, me dejo caer con todo mi peso siendo penetrada de nuevo hasta lo más hondo. Ambos damos un suspiro continuo convertido en ...
... jadeo después. Nuestro jadeo intenso y nuestro abrazo lleno de caricias y besos dan paso a repetir ese movimiento incesantemente, follando con todas las ganas, sin reprimirnos en absoluto, hasta que de nuevo el orgasmo.
Nos entregamos a ese polvo mágico al que ambos queríamos volver, sin importarnos nada más y no dejar que estas vacaciones fueran solo eso, sino un antes y un después. Me arrodillé frente a su pene y lo masturbé lentamente:
—Vamos, bebé, alimenta a tu mami. —mientras sacaba la lengua.
—Grrrrr… ¡ahhh! Tragatelo todo mamá, tú me diste tu leche de pequeño y ahora yo te doy la mía, traga todo como si fuera un biberón. Quiero que seas mi puta, que te comportes como tal.
Terminó sobre mi cara. Yo recogía los rastros de leche con mi lengua y los que no pude alcanzar con esta, las recogí con mis dedos, sintiendo su viscosidad y luego metiéndome el dedo sintiendo su delicioso sabor.
— Ya no eres mi niño… ahora eres mi hombre… ¡y mi amante!
Abrazados nos quedamos dormidos, abrazados desnudos y sudorosos. Al despertar la pantalla de tv se encendió y transmitía imágenes de nuestra follada. Habíamos sido filmados a través de esos espejos.