1. De cómo me dejé enfiestar


    Fecha: 28/05/2023, Categorías: Sexo en Grupo Autor: Karina026, Fuente: CuentoRelatos

    ... corpiño blanco de algodón, y con cierto toque de inocencia con un moño rojo chiquitito en el centro de adorno.
    
    Ella termino de sacarle el pantalón a Ariel, y regreso a la tarea de besarle el pene desde el suelo.
    
    G- Vero acercate, sacame la remera.
    
    Solté la polla que no había largado ni un instante y sacando mi otra mano de entre mis piernas tome la remera y tire hacía arriba. Listo, el ya estaba desnudo y yo sentada de lado, bien frente a el. Me tomo con su mano del cuello y sin hacer fuerza me fue llevando hacía el, y en unos instantes nuestras bocas estaban enfrentadas, y tras mirarme a los ojos pervertidamente comenzó a comérmela a besos. Al principio por miedo no le correspondí, pero me duro muy poco y al rato ya estábamos trenzados en unos besos de película porno. El seguía perfectamente sentado en el sofá, con las piernas en el suelo separadas y con Eva arrodillada entre ellas, y yo estaba sentada con una pierna en el suelo, y la otra doblada contra el respaldo, y ahora lo comenzaba a tomar con una de mis manos de la cintura y con la otra sujetaba su brazo que me tomaba directamente del cuello. Su otra mano estaba sobre la cabeza de Eva acompañando los ritmos del sexo oral.
    
    Sentía su lengua recorrer toda mi boca, chocar con mi lengua, de a poco todo mi rostro se fue humedeciendo y poniéndose colorado del roce, además me excitaba como me mordía los labios suavemente, de a poco su boca se fue trasladando a mi cuello, uno de mis puntos débiles por excelencia, ...
    ... y ahí comenzó un trabajo delicado mezclando besos y mordiscos. Su mano bajo a mis caderas y luego a mi pierna posándose sobre ella, acariciándome para luego deslizarse sobre mi pantalón, a esa altura ya tenía toda la trompa colorada de los besos, y él seguía besándome el cuello.
    
    V- No me dejes marcas en el cuello por favor.
    
    A- Shhhh. Relajate, tenés que disfrutar, no pienses. Me estimula mucho tu perfume, es muy sensual. Me agrada mucho el sabor de tu piel.
    
    La boca ya se deslizaba de mi cuello hasta el bretel rojo del sostén y la lengua intentaba colarse por debajo. La palma de su mano hacia arriba se ubicó justo en el centro de mis piernas, y por fuera del pantalón se apoyó con fuerza presionando para arriba, comenzando a rozar despacito, me estaba frotando muy lentamente mientras me besaba. La mano realizaba movimientos cortitos y siempre presionando contra mi vagina, y no fue mucho el tiempo que tarde en comenzar a sentir la fricción en mi clítoris de nuevo.
    
    La presión que ejercía contra mi ropa me frotaba plácidamente, mi bombacha a esta altura muy mojada se amoldo perfectamente a sus dedos y la delgada tela del pantalón no era obstáculo. Pronto comencé a sentir mi ropa interior separar mis labios, la tela de algodón estaba entrando en mi, sus dedos presionaban cada vez más, y de un momento a otro, al alcanzar cierto punto de excitación mi vagina como muy pocas veces me paso se abrió dejando penetrar aún más el algodón y su dedo. Y ahí si que el roce con mi ...
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