1. Mi aventura en Estambul


    Fecha: 29/05/2023, Categorías: Dominación / BDSM Autor: Carmen España, Fuente: CuentoRelatos

    Para abreviar os diré que en un chat erótico conocí a un chico turco de mi edad y poco a poco fuimos intimando hasta conocernos por Skype y whatsapp. Se llama Ismail y fue él quien me animó a contar mi experiencia con el moro, aconsejándome experimentar nuevas sensaciones estando completamente quieta en la cama. Total, que me armé de valor y fui a visitarle a su país. Eso sí, no debía ni besarlo ni siquiera tocarlo (para no darme pistas). Llegué al aeropuerto de Estambul donde me recogió y me llevó a su piso. En el camino hicimos el pacto de que yo me tumbaría en la cama desnuda y que Ismail se encargaría del resto. Eso sí, con los ojos vendados todo el tiempo y tal y como habíamos acordado, estar totalmente quieta para de esta manera poder experimentar todo tipo de “sensaciones”.
    
    Total, llegamos a su apartamento. Ismail no entró, se quedó fuera en el rellano y cerró la puerta con llave. Sólo había una cocina unida a la salita y un baño pequeño en la habitación. Hice un pis, me desnudé, cerré la puerta de la habitación, me puse una venda (que estaba sobre la almohada) y me tumbé sobre la cama.
    
    Pasados unos minutos, escuché que abrían la puerta del apartamento y la cerraban nuevamente con llave. No escuché más ruido. Al minuto se abrió la puerta de la habitación. Inmediatamente sentí que entre varios me ponían unas muñequeras tanto en las manos como en los tobillos. Luego sentí cómo (con cuerdas) las iban tensando y tensando hasta que mis brazos y piernas quedaron ...
    ... totalmente inmóviles y en forma de “X”. Inmediatamente salieron de la habitación cerrando la puerta. Quedé unos minutos “sintiéndome” totalmente vulnerable en ese estado que, dicho sea de paso, me excitó sobremanera. Ismail me dijo que tenía que “sentir” y ese estado de vulnerabilidad era el ideal.
    
    Ya mentalizada para únicamente “sentir” alguien entró a la habitación, “sentí” una mano que acarició mi cuerpo. Esa mano se detuvo en mis pechos los cuales trató con brío, era una mano vigorosa, con dedos fuertes. Inmediatamente el misterioso hombre se puso entre mis piernas, “sentí” unas gruesas y peludas piernas y un duro nabo que buscaba la entrada de mi lubricado coño. Cuando consiguió meterla no tuvo reparos y me la clavó hasta el fondo, posando al mismo tiempo sobre mi sensible cuerpo su peludo y fornido pecho. Mi anónimo amante no gesticulaba palabra, solo podía escuchar su respiración en mi oreja con algunos pequeños gemidos. A pesar de mi situación de total indefensión, el corpulento hombre que me estaba poseyendo era suave y gentil en sus movimientos.
    
    Sentí sus embestidas pero no eran tan frenéticas como estaba acostumbrada. Su respiración era melodiosa y en sincronía con sus movimientos mientras me follaba. Sus manos rodeaban mi nuca y “sentía” el dominio de aquel macho pero a la vez su cuerpo sobre el mío no mostraba signos de superioridad. Era una serie de “sensaciones” nuevas. Estaba totalmente inmóvil, con los ojos vendados.
    
    Mi cuerpo estaba a su merced pero en ...
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