1. Mi aventura en Estambul


    Fecha: 29/05/2023, Categorías: Dominación / BDSM Autor: Carmen España, Fuente: CuentoRelatos

    ... En un momento dado, su cuerpo comenzó a convulsionarse, su verga se puso muy pero que muy dura y comenzó a eyacular arrojando gran cantidad de semen en cada una de sus contracciones. Realmente “sentía” como el semen era lanzado en mis entrañas por tan potente verga. El cuerpo de mi amante no paraba de estremecerse, gimiendo fuertemente dentro de mi boca y tirando con ímpetu de mis cabellos en cada contracción.
    
    Experimenté una serie de “sensaciones” que se daban al mismo tiempo. Lo más sorprendente es que, “sentir” un hombre en ese estado de agitación solamente con dejarle hacer, sin que yo hubiese hecho absolutamente nada más que estar quieta, fue colosal. Ni qué decir que mi coño no paró de “sentir” durante los espasmos de una verga que no paraba de eyacular.
    
    Paulatinamente, su cuerpo comenzó a tranquilizarse. Su boca seguía besándome pero con más calma. Su verga se mantenía en el fondo de mis entrañas pero sin movimiento alguno. Al cabo de un minuto, paró de besarme y sacó la verga suavemente de mi obediente coño. Se levantó y salió de la habitación así de alegremente.
    
    Durante toda la tarde fui poseída por 6 o 7 hombres. Todos diferentes tanto de complexión, de temperamento, de diferentes maneras de penetrarme, de diferentes maneras en que mi quieto y sumiso cuerpo fue capaz de haber producido tanto placer. Realmente Ismail tenía razón cuando me dijo que me dejara ...
    ... hacer, simplemente que “sintiese”. Curiosamente, en ningún momento sentí molestias en el coño, todo lo contrario parecía que toda verga que me penetraba, me sabía a poco.
    
    Los días fueron pasando y mi cuerpo se convirtió en una continua fuente de placer para todos los desconocidos que me usaron, que me poseyeron, que me follaron, que me penetraron y que derramaron todo su semen en mis entrañas. Los últimos días en la cama de Ismail ya no estaba atada. Ya era consciente que las manos quietas, las piernas abiertas y una total inmovilidad eran mi seña de identidad.
    
    Ahora puedo decir que un hombre es auténtico en la cama cuando le dejas hacer, sin que le provoques a hacerse el macho para que te meta caña. Ellos en su naturaleza saben darte placer sin necesidad de pincharlos. Solamente necesitas estar callada, sin moverte y sumisa. En ese entorno son tiernos, afectuosos y hasta campechanos.
    
    Mi experiencia en Estambul fue un antes y un después. También he de deciros que nunca supe cuando fui follada por Ismail. Él estaba entre todos esos hombres que me poseyeron, de eso estoy segura.
    
    Hoy, en mis relaciones sexuales solo le exijo a quien haga uso de mi cuerpo, que no utilice aparatitos ni juguetitos. Únicamente pido que se le ponga dura para sentir vigor y vitalidad dentro de mí.
    
    *****************
    
    Gracias a JulioG y a Toño por sus comentarios en mi anterior escrito.
    
    Carmen. 
«123»