El Técnico - Relatos Eróticos

El Técnico

... hielo. Me apoyé en el quicio de la puerta, insinuante e impidiéndole el paso. • Supongo que estarás deseando llegar a casa, pero de aquí no te vas sin tomarte algo. En la calle sigue haciendo calor y no puedo permitir que te vayas sin beber nada, has sudado mucho y debes hidratarte. • De verdad que se lo agradezco pero antes de beber nada me gustaría ponerme cómodo y refrescarme con una buena ducha. En realidad vivo muy cerca de aquí y no me costaría nada... • Si prefieres ducharte antes, no hay problema... ahí tienes el baño, te doy una toalla que creo que es lo único que tengo de tu talla, te lo pones a la cintura y en paz. Bueno sino te importa claro. • Hummm..., está bien acabaré de recoger mis trastos y me daré esa ducha, la necesito. Colocó sus cosas bien ordenadas en un rincón para que no incordiaran y se encamino al baño. Por mi parte me dirigí al armario a buscar la toalla más grande que tenía. Ya estaba dado el primer paso. Mientras rebuscaba le oí murmurar algo que no entendí, a lo que contesté mientras me acercaba al baño: • Tendrás que esperar un poco a que llegue el agua caliente – había dejado la puerta abierta. • No se preocupe, me ducharé con agua fría, me relaja más. Pero no le decía nada de eso – pude ver como con un pie arrinconaba la ropa sucia y la alejaba de la bañera. • Entonces ¿Qué me decías? • Que si usted visitaba a menudo ese blog, el que tenía abierto en el ordenador. • Alguna vez le echo un vistazo – le mentí – ¿Por? ¿Lo conoces? • Lo miro con ...

... cierta frecuencia, si. Mientras se duchaba, ambos guardamos silencio, yo esperaba con la toalla en la mano, en el pasillo; no quería romper su intimidad, no estaba seguro de que le gustara la idea de someterse a mí, ni siquiera sabía si habría sexo convencional, pero la cosa apuntaba maneras, la verdad. Oí como dejaba de correr el agua, había terminado de ducharse. Metí mi brazo en el cuarto de baño acercándole la toalla. • Oiga, mejor entre y acérquemela más, si salgo de la bañera voy a poner perdido el suelo de agua. Soy muy tímido, pero a estas alturas ya no me importa que me vea desnudo. • Está bien – dije, entrando en el baño – aquí tienes. Te espero en el salón. Lo que vi me encantó, un enorme cuerpo con una barriga grande y unas tetas gigantescas coronadas por unos pezones endurecidos por el agua fría. Una polla de buen tamaño y unos cojones acordes al conjunto remataba mi visión. Lo deje solo mientras se secaba y me fui al salón, al momento apareció con la toalla a la cintura. El fuerte olor a sudor había cambiado al suave perfume del gel de baño. • Uf, que bien me ha sentado la ducha. Ve usted, ahora si le agradezco ese refresco que me había ofrecido. • Ahí lo tienes, siéntate y ponte cómodo. Volvamos a lo que hablábamos del blog ¿Te interesa esa temática? • Me llama mucho la atención, aunque no sé si yo valdría para eso. Sabe a pesar de mi edad tengo muy poca experiencia en temas sexuales. Siempre ocupado con los estudios, el trabajo en el campo, ya sabe en el pueblo ...