1. La esposa de Osvaldo


    Fecha: 08/06/2023, Categorías: Infidelidad Autor: subtitulados, Fuente: CuentoRelatos

    Hoy les vengo a contar la historia de cuando me comí a la esposa de mi amigo Osvaldo, aquel mismo que nunca supo que su mamá fue mía y ahora años después su mujer sería mi perra.
    
    Osvaldo y yo desarrollamos una gran y fuerte amistad pese a todo, él siempre fue mi escudo y espada, tanto que me consiguió trabajo a su lado en la empresa en la que él trabajaba, los tiempos de la música ya habían pasado y ahora él ya era un hombre responsable, pero yo continuaba en mis desmadres.
    
    En varias ocasiones me invitó a cenar a su casa, en una de estas ocasiones conocí a su esposa Caro, ambos tenían 26 años, yo 27.
    
    Caro es bajita y algo llenita, con buenos pechos y trasero mediano, es blanca de piel, ojos verdes, pelo largo castaño y rizado, y con eso que llaman cuerno de viuda (ojalá lo fuera) en la frente, siempre me ha fascinado ese tipo de pelo porque yo ando un poco escaso, aunque no sea calvo, es muy simpática y aparentemente callada, es intuitiva, se da cuenta de todo, tiene una mirada intensa, profunda y viva, ¡es una delicia!
    
    Empezamos a ser muy amigos, aunque la amistad era buena, era notorio que éramos muy diferentes, el más serio, responsable y respetuosos y yo loco, vale madres y acelerado, eso hizo que Caro se forjara una imagen sobre mí y que poco a poco tuviera más interés en conocerme más.
    
    A Caro le gusta mucho llamar por teléfono y casi todos los días llamaba a la oficina para hablar con su marido, pero alguna que otra vez no se podía poner por no dejar ...
    ... sus ocupaciones de ese momento, y algunas veces le oí decir “Vaya otra vez esta pesada”.
    
    La primera vez que oí eso me dolió mucho que pensara y sintiera eso por una mujer como Caro, empecé a pensar que tenía mucha suerte de estar casado con ella, pero que no la merecía.
    
    Si su marido no podía hablar me llamaba a mí, así pasó que algunos días hablamos horas y horas desde la oficina, yo como no tenía que ganarme prestigio como Osvaldo, tenía menos ocupación y además me encantaba hablar con ella.
    
    Teníamos un tono cariñoso, cálido, yo me empezaba a mojar apenas comenzaba la charla con ella, no es que yo percibiera que su relación con su marido se deteriorara, pero notaba también que estaba muy a gusto conmigo, que lo pasaba bien llamándome y hablando de sus cosas, de si estaba mala, de sus temores y alegrías, para mí como pueden suponer esto era un conflicto porque él era mi amigo y sin embargo me gustaba más hablar y estar con ella.
    
    Nunca en nuestras conversaciones yo le dije que me gustaba, pero eso creo que se notaba, le preguntaba de todo, hasta llevaba la cuenta de cuando tenía la menstruación y se lo recordaba si estaba más triste o más simpática.
    
    Mis deseos se iban acentuando, resultó que Osvaldo decidió dejar la empresa y ponerse por su cuenta en una empresa de construcción, no tenía dinero, pero pidió préstamos, compró un piso, contrató gente y comenzó su gran aventura, la aventura de su vida, era lo que le gustaba.
    
    Eso le entusiasmaba más que su mujer, a ...
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