La esposa de Osvaldo
Fecha: 08/06/2023,
Categorías:
Infidelidad
Autor: subtitulados, Fuente: CuentoRelatos
... ella no le hacía mucho caso, por eso me llamaba a mí cuando quería hablar con alguien.
Al principio era la excusa de que como él estaba muy ocupado no quería molestarle con sus tonterías, luego llegó a tener una dependencia absoluta de mis llamadas, de mis consejos, de mi presencia, al menos al teléfono.
Yo no les visitaba mucho últimamente, Caro a pesar de que no le gustaba ese tipo de trabajo se puso a ser secretaria de una empresa para colaborar económicamente.
Fue un día notable para mí cuando su primer día de trabajo me escribió una carta, diciendo que era un día importante para ella, está asustada y nerviosa y quería escribir, con lo mucho que le costaba hacerlo, a una persona muy especial para ella, y ese era yo, deshaciéndome en deseos por ella, pero sin decirle nada.
Inmediatamente la llamé por teléfono dándole las gracias por el detalle y le dije que era majísima y cualquier cosa la iba a conseguir porque valía un montón.
Nos veíamos de tarde en tarde, más bien poco. Pero sucedió algo más que cambió las cosas.
Caro tuvo que operarse de un pie porque se hizo un esguince, dejó de trabajar dos meses, me seguía llamando y ahora con el dolor de su pie, mimosa y con ganas de ánimo.
Yo no podía más, estaba loco por ella, le dije que su marido tenía mucha suerte y que era una pena que estuviera casada y además con mi amigo Osvaldo, Caro estaba emocionada, coqueta, sonreía, aunque me decía que no dijera esas cosas.
C: No digas eso, ¡oye porque no ...
... vienes a comer conmigo!
J: Pues no sé, ¡tendría que huir de aquí!
C: Ándale, ¡además Osvaldo está súper ocupado!
J: ¡Deja me las arreglo y voy para allá!
Pedí permiso para salir a un asunto urgente y con los pantalones mojados y una gran erección, además del corazón a mil, fui rápido en mi coche hasta su casa.
Estaba con las muletas, su pelo rizado suelto, se había quitado las gafas, se veían muy bien sus preciosos ojos verdes y amplia sonrisa.
Llevaba un vestido negro que le favorecía mucho, resaltaba su figura, la prominencia de sus senos y perfilaba sus preciosas caderas, se había vestido para la ocasión.
Acababa de salir del baño porque todavía se podía oler en su casa y manos el gel de baño, al verla me acerqué a darle un par de besos, ¡estaba radiante!
Hicimos una comida sencilla entre los dos, le ayudé en algunas cosas y eso permitió que sin darme cuenta nuestros cuerpos se rozaran más de una vez debido a la estrechez de la cocina.
Creo que notaba que yo me acercaba de más y que tenía una significativa erección, no podía más así que puse mis manos delicadamente en sus caderas y la acaricié mientras acercaba mis labios a su nuca.
C: ¡Quítate!
J: ¿En serio?
Dijo que me quitara, pero de un modo muy suave, como pidiendo guerra, indicando que le gustaba, comencé a besarla el cuello y seguía moviendo mis manos por encima de su vestido, suavemente.
C: No por favor, Osvaldo puede llegar de un momento a otro, es mejor que lo dejemos, bésame, ...