1. Eli, una deliciosa madura: La segunda y última vuelta


    Fecha: 10/06/2023, Categorías: Anal Autor: unbuentipo, Fuente: CuentoRelatos

    ... de las corvas y las empujé hacia sus tetas, estimulaba su clítoris mientras untaba abundantemente saliva en su culo y la punta de mi verga, apunté a su estrecho hueco caliente y mirándonos a los ojos… le metí mi verga dura y caliente, dio unos pequeños gemidos de placer y dolor, mi verga se fue hasta donde más podía alcanzar en su recto, mi nido de placer. No pude hacer mucho, estaba ya muy caliente, apenas vi que disfrutaba del placer anal, comencé a bombearle duro, muy duro el culo; se revolcaba en la cama por la cascada de sensaciones que yo le daba, sentí mi verga ponerse más dura para eyacular mi leche dentro de ella. No pude más y le dije que ya iba a venirme, me respondió jadeante: -¡Si mi amor! ¡aaaughhh!
    
    Y vacié dentro de ella un chorro delicioso de leche. Se quedó tendida sintiendo cómo mi verga iba cediendo a la presión de su esfínter luchando por regresar a su tamaño regular. Le pregunté si había sentido mi leche escurrir en su intestino: -Sí mi amor, siento tu leche dentro, riquísimo…
    
    2ª vuelta, parte II.
    
    No todos los días que estuve allí pudimos coger, su hijo habitaba en el piso superior. Pero eso sí, en las mañanas había una ventana de tiempo, entraba a su cuarto o en la cocina y le ordenaba que me mamara la verga, y ella obedecía sin dudar. Entré a su habitación y ella estaba atando las agujetas de sus tenis, sentada en la orilla de su cama, rodeada con la toalla mojada y su pijama, me puse frente a ella y le dije: -Te traje tu desayuno. Me saqué la ...
    ... verga y se la acerqué a la cara, la tomó en sus manos y me la mamó delicioso, como siempre. Con su boca me puso durísima la verga, la metía y sacaba, con la punta de la lengua me frotaba la punta del glande, me chaqueteaba y volvía a mamar y la sacó para chaquetearme más. Llegó el momento, - me voy a venir amor. Abrió la boca y se la metió, aumentó el ritmo de la chaqueta y recibió mi leche con ansias. Se tragó poco a poco la lefa sin sacarme de su boca, cuándo mi verga se redujo, hizo algo delicioso: regresó mi prepucio a su lugar y metió la lengua entre mi glande y este pellejo, haciendo círculos en el contorno… ¡qué delicia!
    
    Otro día. Estaba ella lavando sus trastes, por la tarde. Me acerqué por la espalda y la abrace, besé su cuello y nuca, sin más palabras comencé a disfrutar sus tetas, le subí la playera y solté su sostén, estimulé sus tetas a gusto. Bajé mi mano para soltar y bajar un poco sus jeans. Deslicé mi mano por su bikini hasta sentir primero sus pelillos y después su mojada y caliente pucha. Estaba empapada. Froté cada parte de su deliciosa vagina hasta escuchar su respiración agitada, que me indicaba que era hora de frotar su duro y terso clítoris… uff se vino delicioso.
    
    Le bajé el pantalón apenas abajo de las nalgas, escupí copiosamente entremedio de su rico culo, doble mis rodillas para poder apuntar bien, le dije que se abriera las nalgas… y allí estaba ese delicioso ano, dueño de mi perversión. Apunte la verga en él y empuje con la fuerza necesaria ...