Eli, una deliciosa madura: La segunda y última vuelta
Fecha: 10/06/2023,
Categorías:
Anal
Autor: unbuentipo, Fuente: CuentoRelatos
... para dilatarlo, ella ahogó un gemido de dolor y se entregó a mis embestidas. No duré mucho, sólo quería dejar mi leche en su recto. Limpié mi verga y su culo con una servilleta de papel y me despedí de ella.
Esa noche estaba ella cenando en su pequeña cocina, y quise reforzar en su mente que era mi juguete sexual. Sin más detalles hice que me mamara para vaciar mi lefa en la fruta que estaba cenando. Acercó su tazón de frutas a mi verga eyaculante y cubrí de espeso semen su coctel. Le dije -cómetelo, amor. Sin chistar se comió todo, mientras se llevaba a la boca un pedazo de manzana bien cubierta de mi leche, me miraba a los ojos y sonreía.
Segunda vuelta, parte III.
Un sábado que descansó, le invité a desayunar. Llegó puntual mientras yo picaba un par de papas y cebolla. La saludé con un beso caliente y mojado, suspiró. Acomodé una silla perpendicular a la estufa, y le ordené que se quitara los pantalones y se sentara en ella, separé sus piernas y le chupe el clítoris un poco, para excitarla lo suficiente que su mente no pensara claramente por la calentura. Ordené: -Mastúrbate mí amor. Mientras termino el omelette. Tímida aún, me dijo: -Siempre que te veo, me pongo nerviosa de tus ideas… ¡Je! Sonrío mientras echaba para atrás la cabeza y comenzaba a frotar su clítoris, puso sus dedos índice y medio a manera de una pinza sobre los costados de la capucha de su clítoris, subiendo y bajando suavemente. Pude notar el tenue brillo de sus jugos vaginales avanzar sobre sus ...
... deliciosos labios y salir por su túnel de placer. Aumentó poco a poco la velocidad de su masaje hasta venirse. Aún no terminaba de recuperarse del orgasmo cuando me paré frente a ella y le metí dos dedos en la pucha y ya empapados me los saboreé, -Delicioso. Le dije, y ella sonrió de forma pícara y enamorada.
Desayunamos tranquilamente, una charla trivial y sin atisbos de sexo. Me levanté de la mesa para llevar los platos al fregadero. Ahora acomodé la silla pegada al muro -Ven le dije. Se levantó y paró frente a mí, le bajé los pantalones a las rodillas y la hinqué sobre la silla, puso sus manos en el respaldo y acomodé sus pies entre mis piernas, saqué mi verga y la froté entre sus nalgas, puse mucha saliva para lograr una erección que le hiciera ver estrellas, una vez lista mi verga le dije al oído -Te la voy a meter duro, amor. Asintió con la cabeza, me miraba de reojo y cerró sus párpados; recargué mi verga en su culo, separé sus nalgas y empujé fuerte, ahora si dio un grito de dolor - Aaaay mi amor ¡ayyyy! no te muevas aún… esperé a que pasara el dolor, mientras estrujaba sus tetas y acariciaba sus grandes nalgas tersas y suaves. Unos segundo después me dijo que estaba lista y atendiendo a su autorización comencé suavemente a joderle el ano, apretado aún, esa rica sensación de succión, calor y la vista de tenerla rendida a mi verga invadiendo su hueco más íntimo, exclusivo para mi placer, me hizo venirme intensa y copiosamente, en una embestida fuerte y profunda. Le ...