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Madre e hija (Parte III): Cenando con Elizabeth
Fecha: 11/06/2023, Categorías: Hetero Autor: Alonso1102, Fuente: CuentoRelatos
... vestido en sus piernas. -Esto... no... mmmm... está... bien... -decía con dificultad. Fui subiendo su vestido hasta sus caderas, ahora acariciaba sus muslos e iba en busca de su entrepierna mientras apretaba fuertemente su pecho. Ahora era ella quien buscaba que su cola rozara con mi paquete ya totalmente erecto. Sabía que no tenía tiempo por lo que la incliné sobre la mesa y amasé fuerte mente sus nalgas. Intentó levantarse pero le di una leve nalgada que la excitó dejando salir un pequeño grito. Le di dos nalgadas más uno en cada lado a lo que me respondió con gemidos. Era el momento, Le baje las bragas que tenía puesta, liberé mi pene y puse una mano sobre su espalda para evitar que intente levantarse y mientras mi otra mano acariciaba sus labios vaginas comprobando que estaba muy mojada. Sus gemidos iban en aumento. Coloqué mi pene en su entrada haciendo que diera un respingo como si se diera cuenta lo que le iba a pasar. Pero mi mano sobre su espalda le impidió cualquier posibilidad de escape y comencé a empujar. Fue una penetración suave pero constante como para que Elizabeth sienta centímetro a centímetro como invadía su ser. Apenas mis testículos tocaron sus labios vaginales en señal de que la penetración fue completa, Elizabeth se dejó caer sobre la mesa producto de su orgasmo soltando un gemido de placer. -Eres más grande que mi marido -me dijo recuperando la respiración. -¿Y tu marido te hace esto? -le pregunté dándole una sonora ...
... nalgada. -Ah... La sujeté bien de sus caderas y comencé a penetrarla fuerte y lo más rápido que podía arrancándole gemidos de placer fácilmente audibles en toda su casa. Continuamos así por varios minutos. -Ah... ah... no pares... no pares ah... que me corro... ah... me corroooo... Se tensó sobre la mesa, sus flujos comenzaron a caer sobre el piso mientras yo seguía dándole hasta que me llegó al momento a mí. No me importó nada y me comencé a correr dentro de ella. Elizabeth dejó salir un gran gemido al sentir como depositaba mi semen dentro de su vagina y finalmente se relajó sobre la mesa. Cuando terminé de eyacular me salí de ella, le saqué su ropa interior que se había quedado a la altura de sus tobillos y limpie los rastros de semen de mi pene con ella, luego se lo pasé por su vagina haciéndola estremecer. Le ayudé a levantarse, le di un beso y le dije que iba a la sala por si regresaba su hija. Elizabeth se fue al baño caminando con dificultad por el temblor de sus piernas. Apenas me senté en el sillón, se abrió la puerta, era Daniella que regresaba. Me sorprendió verla acalorada. Se fue directo a su habitación. Al rato salió Elizabeth del baño algo más arreglada, le dije que ya me iba para que pueda descansar. Le agradecí por la cena y especialmente por el “postre” a lo que ella se ruborizó. Abrí su puerta y cuando estaba por irme me detuvo. -Creo que tenemos que hablar -me dijo. -Si, es verdad. Pero no te preocupes, descansa, y ya mañana conversamos ...