1. Quisiera que fueras mia


    Fecha: 15/06/2023, Categorías: Lesbianas Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... hombre y los demás bandidos soltaron una risotada.
    
    -¡Es solo una indefensa princesita y dos ancianos!- Les gritó a los otros, entre risas. -De haber sabido que esto sería tan fácil, dejabamos vivo al idiota del cochero.-
    
    -Ya, acaba con esto de una vez, y veamos si traen algo de valor- le gritó otro.
    
    -A ver, princesita, debes portarte bien, o me harás enojar- volvió a abrir la puerta, pero yo lo esperaba con mi sombrilla. Le di directo en la cara. Ahora sí pude ver la ira en sus ojos; lo estaba haciendo quedar mal con sus compañeros.
    
    Desenfundó su arma y más rápido de lo que pude comprender, dio dos disparos. Me quedé helada. Nada me dolía… así que, a sabiendas de lo que encontraría, me giré solo para confirmar que el viejo y mi chaperona estaban muertos a causa de una bala en la frente.
    
    Lo que me sacó del trance, fue sentir como el hombre me ponía sobre su hombro y me sacaba del coche, para luego tirarme al piso caliente.
    
    No podía ver bien, estaba deslumbrada por el ardiente sol de Colorado. Tenía muchísimo miedo, pero no se los haría fácil, así que tomé las primeras piedras que sentí debajo de mi y en cuanto enfoqué al primer bandido, se las tiré en la cabeza. Otra vez sus risas. Me rodearon. Todos eran enormes, la mayoría viejos; solo dos eran de mi edad, y solo algunos conservaban sus dientes de un tono no-tan-asqueroso. Sucios, malolientes, con ropas llenas de tierra y unos ojos que erizaban cada vello del cuerpo, me hicieron extrañar a mis ...
    ... pretendientes en Virginia.
    
    -¡La princesita es brava!- gritó uno de ellos
    
    -¡Asi me gustan más!- y cuando enfoqué a ese, pude ver como acariciaba su entrepierna por encima del pantalón.
    
    Uno de ellos me tomó por la espalda, pero con un pisotón en su bota logré soltarme. Entonces otro me asió del cabello y me hizo caer de rodillas.
    
    -¡Miren esta melenita roja! ¡Apuesto a que tiene del mismo color los de su rajita!- y mi estomago expulsó su contenido a los pies de otro hombre, que se acercaba a mi, mientras sacaba su miembro y lo ponía frente a mi rostro.
    
    -¡Vamos preciosa, las princesitas como tú son las que se la comen mejor!-
    
    -¡Oigan todos! ¡Apuesto a que aún es virgen!- todos se rieron de mi.
    
    -Si es así- dijo uno de los jóvenes- ¡yo quiero ser el primero!-
    
    -¿Y quién rayos te dio el derecho?- alegó otro, mientras los demás lo secundaban.
    
    -¡Al menos la mia funciona!- Se defendió el muchacho, pero el otro rápidamente puso su mano en la cacha de su revólver, y el joven lo imitó.
    
    De pronto, cesaron las risas. Todo se convirtió en miradas tensas…
    
    Entonces, un hombre que hasta el momento no había intervenido y estaba revisando el equipaje, habló. -Aquí no hay más que ropa y 20 dólares. La chica es el único botín con valor, y como tal, se la llevaremos al jefe para que lo reparta-
    
    Todos lo vieron con odio, yo lo vi como mi salvación; al menos de manera momentánea.
    
    -¡Es una orden, perros!- les gritó de nuevo, y todos, a regañadientes, subieron a sus ...