1. Quisiera que fueras mia


    Fecha: 15/06/2023, Categorías: Lesbianas Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... caballos.
    
    Fué entonces que mi salvador se acercó y pude detallarlo, mientras amarraba mis manos. Olía ,muy mal, pero a diferencia de los otros, era sumamente atractivo. Sus rasgos eran toscos y varoniles, pero le daban un aire peligroso; sus ojos eran pequeños, negros, profundos, enmarcados por arrugas -que también cubrían su frente en líneas horizontales-; y muy a mi pesar, confesaré que en ese momento pensé que, si alguno habría de abusar de mí, preferiría que fuera ese.
    
    Con un movimiento me cargó y me puso doblada sobre su caballo. El se montó en la silla y todos emprendieron el galope.
    
    Varias veces intenté soltarme las manos, pero recibia un fuerte azote en el trasero, que ni las muchas capas de mi vestido lograron amortiguar.
    
    Finalmente, luego de cabalgar aproximadamente una hora, tras caer la noche y no soportar el dolor en mis costillas, llegamos a un lugar escondido entre las estrechas paredes de un cañón.
    
    El hombre me bajó y me hizo andar había una fogata, donde alrededor, había varias tiendas.
    
    Cada quien se fue a la suya, y yo me quedé frente a la fogata con mi bandido enfundado, completamente, en sucia ropa negra.
    
    -Vas a conocer al jefe. Dirígete con respeto y tal vez te libere, niña. Haz algo mal, y serás la cena de los perros-
    
    ¿Hablaba en sentido figurado? yo sabía que en esa zona había coyotes por las noches… o bien podía referirse a algo aún peor…
    
    Me jaló de la cuerda hacia la tienda más grande. Al entrar, iluminada por varias ...
    ... lámparas de aceite, pude ver una figura sentada en un catre, con una pipa en la mano y un sombrero cubriéndole el rostro.
    
    -Esto fue todo lo que encontramos en la diligencia- y me empujó hacia su jefe -Los muchachos quieren repartirsela; les dije que te decidirías…-
    
    Pero la figura no hablaba. Vi cómo levantó un poco la cabeza, pero no distinguí su rostro. No habló. -Bien, les diré lo que ganaron- Y mi salvador se convirtió en mi verdugo.
    
    Como pude me solté de sus manos y me tiré a los pies de aquella oscura figura. Hundí mi rostro en sus rodillas y, llorando, supliqué por piedad.
    
    Mi verdugo se acercó a mí y me cargó por la cintura, mientras yo gritaba y pataleaba.
    
    Cuando salimos, los bandidos rodeaban la fogata, y sus ojos llamearon expectantes.
    
    -Diviertanse- fue todo lo que dijo, tras lo cual, me arrojó a los brazos del hombre más cercano, y entró a la carpa grande.
    
    Todos se precipitaron contra mi. Unos desgarraron mi corset, otro metió las manos bajo mi falta y rasgó mis calzones, otro hundió sus escasos dientes en mi cuello… todo aquello mientras escuchaba sus risas, jadeos y el crepitar del fuego.
    
    Me lanzaron al piso y las piedras impactaron mi frente, aturdiendome y cauzándome gran dolor. Dos de ellos me sujetaron y un tercero me golpeó para que dejara de moverme tanto… cuando sentí que ya estaba todo perdido, sonó un disparo, y un cuerpo inerte cayó sobre mi.
    
    -La chica es mía. Si la tocan, saben lo que sucederá. Todos me soltaron. Como pude empujé el ...