Mountain bike
Fecha: 17/06/2023,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
He salido temprano para aprovechar el fresco de la mañana. Me he puesto la equipación completa, he cogido mi montain bike y me he lanzado a recorrer los caminos rurales que hay por los alrededores.
A causa de la pandemia hemos decidido que este año las vacaciones en vez de pasarlas en la zona costera, en un hotel lleno de gente con horas de sol y piscina, las vamos a pasar en un pueblecito de la sierra. Hemos alquilado una casita rural, cerca de pueblo por lo que mi familia puede ir a la piscina municipal o al rio cercano.
A mí lo que me encanta es coger la bicicleta, perderme varias horas pedaleando por caminos y senderos, subiendo y bajando por la montaña, sin saber que dificultades voy a encontrar ni dónde estoy.
Acabo de subir una cuesta muy pronunciada y tras una hora de esfuerzo me tomo un respiro. En una intersección del camino me detengo unos instantes para recobrar el aliento y dar un trago de agua. Aprovecho para disfrutar del paisaje, a mi espalda la montaña al frente y a mis pies un bonito valle donde el algún sitio debe estar mi casa.
Antes de continuar la marcha aprovecho para echar una meadita. Me acerco a un seto que delimita la finca donde a unos metros hay una casa con muy bien aspecto. En esta zona alta de la ladera hay varias casas de aspecto rustico aunque son modernas y bastante lujosas. Supongo que deben pertenecer a gente acomodada que tienen aquí su refugio veraniego para escapar de los calores del verano.
He buscado un rincón mas ...
... o menos discreto donde permanezco casi oculto a las miradas de quien pueda pasar por el camino. Me bajo el calzón hasta medio muslo para poder mear tranquilamente sin miedo a mojarme.
“uhmmm, que gusto”, la verdad es que tenía el depósito a tope. El chorro sale expelido hacia delante con fuerza y con abundancia provocándome una íntima satisfacción al descargar tan a gusto.
Cuando termino, me la sacudo varias veces, tiro del pellejo hacia atrás para dejar el capullo al aire, asegurándome que no queda ningún residuo que luego pueda rezumar y termine mojando el calzón.
El crujido de una rama seca al otro lado del seto me pone en alerta sobre que pueda haber alguien al otro lado. Apresuradamente me subo el calzón sintiéndome sorprendido en una acción poco adecuada.
Antes de coger la bici y salir pitando avergonzado, me detengo un momento para escuchar y tratar de averiguar quién está detrás del seto y si mi ha estado observando.
Oigo como trata de moverse con sigilo, evitando hacer ningún ruido que delate su presencia. Eso me indica que no está molesto por lo que haya podido ver, no le ha importado que mee en su valla y sí que ha estado atento a mirar como lo hacía y se siente incómodo al verse descubierto.
Todo ello me hace pensar que es alguien a quien le ha interesado mirar.
- “Psssit…¿hay alguien ahí?”, pregunto sabiendo que si que me escucha.
Después de un denso momento de silencio, se escucha al otro lado:
- “Si…¿Qué quieres?”, dice una voz de ...