1. Pagando con sexo al viejo del restaurant


    Fecha: 21/06/2023, Categorías: Dominación / BDSM Autor: subtitulados, Fuente: CuentoRelatos

    ... sentidos, entonces comenzó a frotar su glande contra mi entrada, dejándome mojada con su líquido pre seminal que no cesaba de salir.
    
    En esa postura apoyó su glande en la entrada de mi vagina, sin meterlo, solo se limitó a darle un leve empujoncito para que lo sintiera ahí, para luego volver a recorrer toda la extensión de la entrada de mi vagina, de arriba hacia abajo, lentamente mi respiración se hizo más agitada y empecé a sentir convulsiones en mi cuerpo, y comencé a gritar como loca.
    
    L: ¡métemela!, ¡métemela!
    
    Con su glande en la entrada de mi vagina, levantó una de mis piernas hasta tenerla al alcance de su boca, así empezó a lamer y mordisquear mi pantorrilla, cuidando de no penetrarme aún, bajó mi pierna, e hiso lo mismo con la otra, mis gemidos se hicieron más profundos y mi respiración se tornó más agitada, la humedad de mi vagina empapaba su verga, ¡y los deseos de que ya me cogiera eran demasiado evidentes!
    
    Su glande se abrió paso y yo lo recibí con una descarga de jugos, yo verdaderamente estaba loca de deseo, cuando sentí que la punta de su verga estaba ya dentro, colocó sus manos en mis nalgas, y apoyado en las rodillas empujó las caderas poco a poco, a pesar de nuestra calentura, yo sentía un poco de molestia al irse abriendo paso por mi vagina centímetro a centímetro ya que nunca había tenido una tan gruesa dentro de mí, pensar en que en ese momento le estaba siendo infiel a mi pareja me tenía sumamente excitada, porque para mí era algo sumamente ...
    ... delicioso.
    
    Pese a la enorme calentura de ambos, se dio tiempo para penetrarme poco a poco, lo hizo con maestría, le llevó algunos minutos recorrerme con todo su tronco, lentamente, milímetro a milímetro, mantuvo una lenta pero constante penetración, para mí era fabuloso sentir como era ensanchada por esa vergota, primero sintiendo como casi me ardía, pero a medida que me acostumbraba, verdaderamente lo iba disfrutando.
    
    G: Eso es, esto era lo que querías, ¿verdad?
    
    Solo asentí con mi cabeza, por lo que nuevamente preguntó:
    
    G: ¿no te duele?
    
    L: Un poquito, ¡es que es muy grande!
    
    G: No mucho, pero 25 centímetros sí tiene, por ahora es tuya linda, ¡nada más tuya!
    
    Solté Un largo y ahogado gemido cuando su tupida mata de vellos largos y negros entró en contacto con mi rasurado pubis, paralelamente sentí en mi culo sus cargadas pelotas, entonces pegó en mis tetas su firme pecho y al frotar la piel de su pectoral mis pezones tuvieron un estímulo adicional.
    
    Me convencí de que siempre había querido eso: ser cogida por un macho maduro y experto, aunque ahora fuera un completo extraño.
    
    Cuando lo tuve todo dentro se mantuvo así, sin moverse, así en esa postura sus labios recorrieron mi cuello y hombros, mientras esperaba que me acostumbrara a su presencia en mi interior, fui yo la que empezó a mover las caderas, entonces ya fuera de mi misma lo abracé por la espalda y moví mis caderas y consecuentemente las arremetidas a mi vagina crecieron frenéticamente, ¡estaba ...
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