Cuarentena
Fecha: 26/06/2023,
Categorías:
Sexo en Grupo
Autor: Teseo, Fuente: CuentoRelatos
... a dormir. También me dio su número de teléfono y me comentó que si después de nuestro encuentro queríamos hacer como si no nos hubiésemos conocido nunca, él lo respetaría y ni siquiera nos saludaría a ninguno de los dos si nos cruzábamos en la calle. Le enseñé el correo a mi esposa y le pregunté si quería seguir adelante, asegurándole que por mí no había ningún problema, y que para hacerlo debería ser en horas en las que estuviesen los supermercados abiertos, ya que podía haber controles policiales para que la gente solo fuese de una en una a los trabajos o a comprar alimentos. En ese momento la hora era perfecta, las cuatro y media de la tarde y mi mujer me dijo que estaba dispuesta entonces, pero que si tardábamos igual lo meditaba y se arrepentía.
Llamé a Juan por teléfono, que es el nombre con el que mencionaré a este tipo, y le pregunté si le apetecía que fuésemos en ese mismo momento, el no dudó ni un segundo en decir que estaría encantado y en decirme su dirección concreta, me dijo que nos asegurásemos de que no había ningún vecino en la puerta al llamar al porterillo, y que era mejor subir por la escalera y así evitábamos posibles contagios en el ascensor, me pidió que le preguntase a mi mujer que si las bragas las llevaba puestas desde hacía tiempo, y que si era así, que por favor no se las cambiase ni se lavase antes de ir. Yo le pregunté lo de las bragas a ella y me dijo que, como no pensaba salir y había estado muy liada todo el día con la casa no se había ...
... cambiado las bragas desde la noche anterior, pero que le daba mucho apuro ir a hacer eso con el chocho oliéndole a sucio, yo le expliqué como otras tantas veces que, a muchos hombres y entre ellos a mí mismo, nos excita mucho el olor del sexo de una mujer, ella asintió y dijo que se iría hecha una guarra, al decirle donde teníamos que ir me contestó que el sitio era perfecto, que estaba justo en la dirección a un supermercado al que podríamos ir tras el encuentro. Le indiqué a Juan que iríamos por separado debido a las restricciones de movilidad que había dispuesto el gobierno, que primero llegaría uno de los dos y poco después otro, Juan me sugirió si podía llegar primero mi mujer, a lo que yo no puse pegas.
A los cinco minutos estábamos preparados, le dije a mi esposa que cogiese alguna bolsa para ir después al supermercado y que yo haría lo mismo, ella apuntó la dirección en un papel y salió primera de casa, yo lo hice pasados un par de minutos. Caminábamos separados unos doscientos metro cuando ella llegó al portal de Juan, vi cómo se abría la puerta del edificio y como ella se metía dentro. Disminuí el paso para llegar un poco más tarde, al llamar al porterillo Juan me abrió de inmediato diciéndome -“recuerda, el 2º B”.
-“Hola, yo soy Juan, si quieres lavarte las manos ahí está el cuarto de baño, he dejado una toalla limpia para cada uno, la de tu mujer es la amarilla que estará mojada porque ya la ha usado, la tuya es la verde”, me dijo Juan nada más entrar en su ...